Ayer tuvo lugar el último pleno del Senado. Un pleno extraordinario en el que se aprobó, entre otras, la
Proposición de Ley de reconocimiento y protección integral a las víctimas del terrorismo, en la que tuve el honor de intervenir como ponente. Para mi fue algo muy importante. En muchas ocasiones he dicho que mi decisión de ir en las listas del PSE en las elecciones generales de marzo de 2008 tuvo mucho que ver con las bombas que ETA puso por aquellos días en las
Casas del Pueblo de Elgoibar, La Peña (Bilbao), Derio y Balmaseda. Objetivo permanente del abertzalismo totalitario, rechazadas por los vecinos en una muestra de cobarde nimbismo político (NIMBY, Not In My Backyard, no en mi patio trasero), siempre he considerado que cada vez que una de estas sedes socialistasha levantado la persiana en Euskadi a lo largo de todos estos años, se estaba levantando -con una naturalidad y un arrojo que nunca hemos agradecido lo suficiente- la bandera de la dignidad democrática. El asesinato de
Isaías Carrasco selló de manera indeleble mi compromiso con esas listas. Por eso ha significado tanto para mi poder cerrar mi paso por el Senado defendiendo y votando, al unísono con todas las senadoras y sendores, esta nueva ley de y para las víctimas del terrorismo.
Ayer, cuando intervenía por última vez en el pleno del Senado, quise decir alguna de estas cosas a modode despedida. Pero el pudor y, sobre todo, la intención de que toda mi intervención se dedicara a poner en valor el texto que defendía en nombre del Grupo Socialista, hizo que me lo callara. Ahora lo digo.
Ayer ocupé por última vez el escaño donde tantas horas he pasado a lo largo de estos tres años y medio. Sentado entre Cristina y Manuel, he tenido la suerte de poder conocer a un grupo de personas realmente admirables, que desde ahora llevo en mi recuerdo. Rafaela, Manuel, Josefa, Ángel, Pedro, José, Mario, José Miguel, Jorge, con quienes he trabajado en la comisión de Cultura y a quienes hoy quiero dar las gracias por haberme acogido como portavoz y coordinador de la misma; a mí, un recién llegado a esto de la política institucional, cuando cualquiera de ellas y de ellos tenía mucho más conocimiento y capacidad para haberlo sido.
Como me llevo en el recuerdo las enjundiosas conversaciones mantenidas con Cristobal, un sabio. Y Arcadio: él sabe todo lo que le quiero. Ahora me arrepiento de no haberle dado ayer dos besos, cuando estuvimos charlando una rato en su despacho una vez finalizado el pleno. Pero estaba presente su hija, y me dio corte.
Y Nacho, pura inteligencia e ironía, sostenida sobre una humanidad atenta y simpática. Y Assumpta, comprometida hasta las cachas con la educación. Pero es que tendría que señalar aquí tantos y tantos nombres que me seguro me olvidaría de alguno: Carmela, Ruth, José Miguel, Antonio, María, Esmeralda, Miriam, Xavier, Maite, Antonio, Susana, Félix...
¿Y qué decir de la conjura vasco-navarra-cántabra? Javier, Lentxu (¡cómo nos has cuidado!), Víctor, Yolanda, Javier, Alberto (alias Francisco), Jesús, Izaskun, Dimas, Josean, Roberto, José Luis, Miguel Ángel. Junto con los vasco-navarros del Congreso, pastoreados por Txiki, animados por Helena y acompañados de un extremeño sobrado en números e historias despedimos la legislatura en
"El Comunista". Como Dios manda.
Pero mis recuerdos no se limitan a mis compañeras y compañeros de grupo. He conocido mucho mejor a Joseba, un parlamentario excelente y a Lore, trabajadora inagotable. He discutido amigablemente con Iñaki sobre los mejores cafés: él me regaló un paquete de excelente
grano costarricense, yo le correspondí con un paquete de
café de comercio justo.
Como guardo en mi recuerdo a Miquel, combativo como nadie por su llengua y su Catalunya, pero dialogante y afectuoso como el que mas.
Y a Juan, mi contraparte popular en la comisión de Cultura. Y con él a María del Carmen: te deseo lo mejor. Y a Adolfo, que se tomaba tan en serio todo lo que tiene que ver con la educación. Y a Ignacio: en dos ocasiones se ha acercado hasta mi escaño, amablemente, y sus palabras me han llegado muy dentro. La última ayer, para despedirse.
Y a Juana y Ramón, por supuesto.
Esta mañana el pasillo donde se ubican los despachos de las y los portavoces del Grupo Socialista se llenaba de papeles en desalojo. También yo he empezado a vaciar el mío.
Me ha emocionado despedirme de Marimar, de Sandra, de Laura, de Elisa, de Mirta, de Belén, de Mar, de Dulce, de Marta. No he podido hacerlo directamente de Malena ni de Eva, cómplices inteligentes y atentas desde los ministerios de Educación y de Cultura. Tampoco he podido despedirme personalmente de Iñaki, ahora en el Congreso, pero eso lo vamos a arreglar. Como vamos a arreglar otra charleta con cerveza en la Tacita roja y flamenca, Eva, y las que hagan falta. Me ha emocionado sobremanera recibir de manos de Julio el libro Hamerstein o el tesón, de Enzensberger.
¿Que qué me llevo de mi experiencia en el Senado? Muchas cosas, que seguramente iré valorando con el paso del tiempo. Pero hay algo que ya guardo conmigo y que, por sí solo, me ha enriquecido de una manera tal que ninguna declaración de bienes puede reflejar: todas y cada una de esas personas con las que he tenido la oportunidad de trabajar a lo largo de esta legislatura, que ya forman parte para siempre de mi ecosistema sentimental.
11 comentarios:
Unos desalojan el senado y otros kukutza...
Anónimo: eso que dices, y que además me dices a mi, me parece un ejemplo de agudeza tal que muestra bien a las claras tu personalidad. Hay cosas que ni el anonimato oculta...
Imanol... Ha sido un placer trabajar contigo, muy enriquecedor en lo profesional y en lo humano.
Tienes una presencia abrumadora y, aunque ni lo creas ni fuese tu intención, has sido toda una autoridad a la que respeto y admiro por encima de todo.
No dio tiempo a más... pero que conste que me quedo con las ganas de haberte exprimido y aprovechado más.
Hemos hablado poquito, pero has sido uno de esos compañeros que cuando subían a tribuna hacían enmudecer el hemiciclo, (y sabes que no es fácil). Me hablaron mucho de tí y de tus visitas por el norte de Palencia, cosa que hicimos ambos el penúltimo día de presencia en Madrid.
Sinceramente, me encantaría que en una de esas visitas por tierras palentinas me dejaras acompañarte. A tu disposición desde esta ciudad, La Bella Desconocida, mi Palencia. Mil besos
Hola Imanol, te digo lo mismo que cuando nos despedimos en el pasillo de la 3ªplanta del Senado: TODA MI ADMIRACIÓN...por todo.
Ah!! cuenta con que si te necesito te llamo para hacer campaña en Valladolid.
Un cariñoso y muy fuerte abrazo
Jorge Conde
El anonimato nada esconde. Más clarividente parece defender unos ideales que tu partido contradice... pero será que la política entiende tanto de imagen como de esencia...
hola Imanol.seguro que has dejado buenos amigos por Madrid.Aqui se te necesita mas.Sobre Kukutza¿quien nos puede reprochar nada?Dimos nuestro apoyo desde el primer dia.Ha sido un juzgado quien ha dado la orden de desalojo y una policia judicial quie la ha ejecutado.
mikel
Querido Imanol: has sido una presemcia permanente que no queriendose hacer notar, no dejaba de notarse. Has sido um soplo de aire fresco y una de esos espejos en los que te vuelves para ver el reflejo. He admirado la fiuerza de tus xonviccionew y tu lealtad. Ha sido un placer recorrer este camino contando contigo. Hasta siempre.
Espero que solamente abandones el senado y nunca jamas abandones este blog.Suerte en tu andadura y espero nuevos pots por aquí.
Genial eso de que "el anonimato nada esconde". Para partirse de risa. Anónimo: "Secreto del autor que oculta su nombre". Clarísimo.
Carmela, Miriam, Jorge, muchas gracias por vuestras palabras, que nacen del afecto más que de otra cosa, pero eso las hace tan valiosas.
Miriam, por supuesto que cuando quieras y puedas nos vemos en nuestra querida Palencia.
Jorge: lo de acompañarte en la campaña no era broma. De verdad que me tienes a tu disposición.
Carmela, gracias por tu cariño y tu comprensión. Has sido la mejor responsable de grupo que cabe imaginar, además en unas condiciones tan complicadas.
Muchas gracias.
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