lunes, 6 de diciembre de 2010

De lobos, mercados, manadas, langostas y golpes de Estado

Hoy llovía sin cesar y no hacía demasiado frío, pero en días anteriores ha nevado bastante y, según me cuentan, la temperatura mínima ha rondado los 10 grados bajo cero durante unos cuantos días.
El invierno es muy duro en la alta montaña, y bien pronto se cobra sus víctimas.
Esta mañana he visto a tres lobos devorando el cadáver de un ciervo. Cuando me han detectado se han alejado, no sin renuencia. Era un venado joven, como indicaban sus cuernas. Seguramente lo habían cazado de madrugada.


He esperado un buen rato por ver si los lobos regresaban, pero evidentemente se han cuidado mucho de hacerlo. Por la noche, los lobos más viejos cuentan a los lobeznos historias de miedo en la que los hombres somos monstruos.
Al continuar mi camino he recordado algunas de las noticias que he ido leyendo y recortando de la prensa de estos últimos días.
Como esa según la cual el Banco de España lamentaba la nula racionalidad de los inversores, ciegos y sordos a cualquier información que busque objetivar la salud real de las economías nacionales: "Los analistas se dejan llevar como una manada por el mercado y en vez de analizar los datos -en este caso las pruebas de solvencia-, lo que hacen es seguir la corriente de los inversores sin reflexionar".
"Estamos viendo en los mercados comportamientos propios de una manada de lobos y si no los detenemos destruirán a los países más débiles", advertía por su parte el ministro sueco de Finanzas para justificar el objetivo del fondo de rescate negociado por los ministros europeos.

Los lobos son animales territoriales, es decir, son animales localizados, lo que les obliga a mantener un delicado equilibrio con sus presas, a las que no pueden someter a una presión excesiva so pena de poner en riesgo su propia supervivencia.
Más que como una manada de lobos, los inversores/especuladores globales actúan como una de esas plagas de langostas que desde hace semanas asolan algunas regiones de Australia.
Voraces insectos globales, se posan sobre el terreno sólo para esquilmarlo y después alzan el vuelo hacia otros territorios.
Del mismo modo, "los mercados" globalitarios asolan las economías y las sociedades sin importarles las consecuencias.
Por cierto: la reciente cumbre iberoamericana celebrada en Mar de la Plata ha aprobado una "clausula democrática" con el fin de excluir de la organización a aquellos países en los que se produzca un golpe de Estado.
No sé si incluyen esas plagas.

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