lunes, 25 de octubre de 2010

¿Vivir 1.000 años?

El sábado leía una entrevista con Aubrey de Grey, gerontólogo especializado en ingeniería de la regeneración antiedad.
Su proyecto: lograr la reversión del proceso del envejecimiento biológico, consiguiendo "tomar a una persona de 60 ó 70 y que vuelva a sus 30 años", reparando sus células "como se reparan los coches".
Dice tener el plan necesario para alcanzarlo, pero le faltan fondos para llevarlo a la práctica.
Tampoco tiene demasiada idea sobre los problemas sociales y psicológicos que la prolongación de la vida podrían plantear. Por sus declaraciones transmite la impresión de que tampoco le importan demasiado.


El libro que me acompaña estas noches, El año del diluvio, de Margaret Atwood,
contiene alguna reflexión sobre este asunto:

"El balneario no tenía grandes secretos que defender, de modo que los vigilantes se limitaban a controlar a las damas que iban entrando, aterrorizadas por las primeras arrugas y señales de decaimiento, y luego volvían a salir, hinchadas y estiradas, con la piel nueva, irradiadas y sin manchas.
Eso sí, seguían aterrorizadas, porque ¿cuándo podía volver a pasarles otra vez lo mismo, todo lo mismo? Todas las señales de la mortalidad. A nadie le gusta, pensó Toby, ser un cuerpo, una cosa. Nadie quiere estar limitado de esa manera. Sería mejor tener alas. Incluso la palabra carne tiene un sonido blando.
No sólo estamos vendiendo belleza, decía la AnooYoo Corp en sus instrucciones al personal. Estamos vendiendo esperanza. Algunas de las clientes eran exigentes. No podían comprender por qué ni siquiera los tratamientos más avanzados de AnooYoo volverían a convertirlas en mujeres de veintiún años.
- Nuestros laboratorios están en el buen camino de la reversión de edad -les diría Toby con tono tranquilizador-, pero aún no han llegado. Dentro de unos años...
Si tanto quieres tener la misma edad por siempre jamás, salta desde el tejado, pensaba. La muerte es un método a prueba de bombas para detener el tiempo".

Por si no ha quedado claro, lo de Atwood es ficción mientras que lo de de Grey es...
En fin, yo me pregunto con Queen: ¿quién quiere vivir para siempre?





No hay tiempo para nosotros.
No hay lugar para nosotros.
¿De qué están hechos nuestros sueños,
que se nos escapan?
¿Quién quiere vivir para siempre?
¿Quién quiere vivir para siempre?
No tenemos ninguna oportunidad,
todo está decidido para nosotros.
Este mundo tiene un solo dulce
momento determinado para nosotros.
¿Quién quiere vivir para siempre?
¿Quién quiere amar para siempre
cuando el amor debe morir?
Pero acaricia mis lágrimas con tus labios,
siente mi mundo con la yema de tus dedos,
y lo podremos tener para siempre,
y podremos amar para siempre.
Para siempre es nuestro hoy.
¿Quién quiere vivir para siempre?
¿Quién quiere vivir para siempre?
Para siempre es nuestro hoy.
¿Quién, de todas formas, espera para siempre?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Imanol, ¿vas a preparar algo sobre la tesis de Ibarretxe? Me gustaría leerla pero sólo he encontrado el índice y el resumen, pero parece que no le dedica mucho espacio a fundamentar lo que él denomina “derecho a decidir”. Te animo a preparar algo y a recomendarnos bibliografía

Alain Coloma dijo...

Como dije el otro día en twitter, el día que vivamos mil años, será el año que muramos todos a la vez. Quién nos iba a dar de comer, si no tenemos alimentos ni para 6.000 millones de personas?