jueves, 23 de septiembre de 2010

Rearme ético unilateral

En política estamos demasiado acostumbrados a utilizar las vergüenzas de los otros como mágico paño para invisibilizar las vergüenzas propias. "Sí, yo me apoyaré en tránsfugas, ¡pero anda que tu!"; "El nuestro será un corrupto, ¡pero mira que el vuestro!".
Tan generalizada es esta práctica que se ha ganado un puesto destacado en todos los manuales de táctica política: es la conocida como Teoría del Ventilador -"¡Y tú más!"-, que en su versión ofensiva suele sustanciarse en una frase tan solemne como vacua: "¡No aceptaremos de ustedes lecciones de ética!".
Pero un tránsfuga ajeno frente a un tránsfuga propio no es un empate, sino dos tránsfugas. Igualar el peso de la corrupción de unos con el peso de la corrupción de otros no tiene como resultado equilibrar la balanza de la corrupción, anulándola, sino multiplicar el peso de la misma. En términos de política democrática, cagarla es cagarla, no importa en que sede partidaria se ubique el retrete de marras.

Si las cosas son como se relatan en el editorial de hoy de EL PAÍS ("Tránsfugas al poder") el Pacto Antitransfuguismo suscrito en 2006 por los partidos políticos españoles tiene las mismas posibilidades de verse cumplido que los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Desgraciadamente, en los dos casos.

La renovación de la política democrática exige el rearme ético unilateral, aunque tal cosa signifique, en muchas ocasiones, el desarme táctico también unilateral. Asumiendo, sí, los costes de poder que ello supone.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si estoy equivocado o no, pero he buscado la palabra Huelga en el blog... y he encontrado... nada.

Es así Imanol, no tienes nada que decir?

Un abrazo
JaviC

Imanol dijo...

Todo se andará, JaviC, tranquilo. Aparecerá la palabra.
Supongo, en todo caso, que también tu tendrás algo más que decir que eso de "no tienes nada que decir", ¿no?
Un saludo muy cordial.