miércoles, 10 de marzo de 2010

Imágenes que nos retratan

"Dimito como reacción a la prepotencia y la intransigencia"
Román de la Calle se marcha del MuVIM tras la censura impuesta de unas fotos de miembros del PP envueltos en la Gürtel

Román de la Calle llevaba seis años al frente del Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM), seis años en los que ha conseguido llevar al museo a lo más alto, con cerca de 300.000 visitas anuales y un reconocimiento internacional en forma de premios que le han llegado incluso desde el Ministerio de Educación de Francia.
De la Calle es presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Este lunes no pudo más. Denunció la "censura" de la Generalitat al purgar de la exposición Fragments dun any las diez imágenes que resumían políticamente 2009. En ellas figuraba Gürtel, la presunta trama de corrupción maldita para el PP valenciano
[PÚBLICO].


En su famoso ensayo Sobre la fotografia, Susan Sontag escribe: "Las fotografías suministran evidencia. Algo que cono­cemos de oídas pero de lo cual dudamos parece irrefutable cuando nos lo muestran en una fotografía. En una versión de su utilidad, el registro de la cámara incrimina".
Esta función incriminatoria parece ser la única que el PP valenciano ha percibido en las fotos censuradas. Y es verdad que alguna de ellas se refiere a la trama Gürtel.
Pero hay más, hay mucho más que esto en la exposición clausurada.
Hay fotos de una enorme belleza plástica...


Las hay de indudable -digamoslo así- "interés humano"...

Hay fotografías que cumplen la imprescindible función de bufón de la corte -sin la que ninguna democracia se mantiene sana- recordandonos la plena humanidad (lo que es decir, también, la debilidad, el ridículo, la fatuidad...) de los poderosos...

Las hay que son un enigma, dando cabida a todo tipo de interpretaciones (¿estamos ante un intento de decapitación o ante una bendición? ¿es una caricia o una toñeja?)...

Hay fotos que son denuncia de un turbo-poder desconectado de la realidad social que constituye -que debería constituir- su única fuente de legitimación...

Hay fotos, en fin, que retratan a sus protagonistas como lo que realmente son: emperadores y emperatrices desnudos de pudor democrátrico y de sentido común, vestidas y vestidos de Gucci y de poder narcótico...

Va a tener razón Sontag: el registro de la cámara incrimina...


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