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sábado, 13 de junio de 2009

Tiempo para leer

"De dónde sacar tiempo para leer?
Grave problema.
Que no lo es.
Desde el momento en que se plantea el problema del tiempo para leer, es que no se tienen ganas. Pues, visto con detenimiento, nadie tiene jamás tiempo para leer. Ni los pequeños ni los mayores. La vida es un obstáculo permanente para la lectura.
[...]
¿Y por qué ella, que trabaja, hace la compra, educa a los niños, conduce su coche, ama a tres hombres, visita al dentista, se muda la semana próxima, encuentra tiempo para leer, y ese casto rentista soltero no?
El tiempo para leer es siempre tiempo robado. [...]
¿Robado a qué?
Digamos que al deber de vivir.
[...]
El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir.
[...]
La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.
El problema no está en saber si tengo tiempo de leer o no (tiempo que nadie, además, me dará), sino en si me regalo o no la dicha de ser lector.

Daniel Pennac, Como una novela, Anagrama, Barcelona 2008 (12ª ed.), pp. 120-121
Y para alimentar esa manera de ser librerías como la Lello, en Oporto, son auténticas delicatessen. Hay un hermoso power sobre la misma.

jueves, 14 de mayo de 2009

Escuadras y patrullas... ¿ciudadanas?

(1) El mejor de los objetivos -"Leer, leer y leer, consigna de todos los días. Lectura para la conciencia"- acaba por despeñarse si quien lo afronta es Hugo Chávez. Su Plan Revolucionario de Lectura se fundamenta en la acción de unas Escuadras Revolucionarias de Lectura, dependientes de Ministerio de Cultura, que serán la "la unidad básica de organización comunitaria y funcionarán como grupos de lectura en los que la selección del material bibliográfico estará definida ideológicamente, dado el contexto político y los objetivos del plan". A ellas les corresponde desarrollar la etapa "de consolidación de la lectura para el pensamiento crítico y revolucionario".
No sé si los sufridos venezolanos podrán tener la ocasión de leer el delicioso libro de Daniel Pennac Como una novela (Anagrama, 1993). Si es así, se encontrarán con sus primeras líneas: El verbo leer no soporta el imperativo. Aversión que comparte con otros verbos: el verbo "amar"..., el verbo "soñar"...
También encontrarán en este libro los Derechos imprescriptibles del lector,

1. El derecho a no leer.

2. El derecho a saltarnos las páginas.

3. El derecho a no terminar un libro.

4. El derecho a releer.

5. El derecho a leer cualquier cosa.

6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual).

7. El derecho a leer en cualquier sitio.

8. El derecho a hojear.

9. El derecho a leer en voz alta.

10. El derecho a callarnos.
el primero de los cuales reza así: "Como toda enumeración de derechos que se precie, la de los derechos de la lectura debe abrirse por el derecho a no utilizarlo -en este caso el derecho a no leer-, sin el cual no se trataría de una lista de derechos, sino de una trampa perversa".

(2) Al menos Chavez persigue un buen fin. Berlusconi recurre a los mismos medios perversos -las rondas ciudadanas- para un fin abyecto: perseguir sin tregua a los inmigrantes sin permiso de residencia.

(3) Me molesta el adjetivo de "ciudadanas" aplicado a iniciativas como estas. Son sin duda organizaciones constituidas por ciudadanos en el sentido legal del término, pero carentes de cualquier vestigio de cultura ciudadana.
La idea de ciudadanía puede entenderse en dos sentidos: a) en sentido restringido, identificado con nacionalidad, aplicable sólo a los miembros de una determinada comunidad política; b) en sentido amplio, entendida como la condición de todo ser humano en la Modernidad.
Cada vez está más claro que todo lo que no sea avanzar hacia este ideal amplio de ciudadanía nos condena al chauvinismo y el tribalismo.