Feminismo o muerte
Traducción de Irene Uroz
Verso, 2024
“[L]a única mutación que puede salvar el mundo de hoy es el «gran derrocamiento» del poder masculino que, tras la sobreexplotación agrícola, se traduce en la mortífera expansión industrial. No es el «matriarcado», por supuesto, ni el «poder de las mujeres», sino la destrucción del poder por parte de las mujeres. Y, finalmente, el final del túnel: la gestión igualitaria del mundo por renacer (y ya no por «proteger», como todavía creen los dóciles ecologistas de la primera ola).
Feminismo o muerte”.
Feminismo o muerte”.
En 1974, Françoise d’Eaubonne alza la voz desde las páginas de Le féminisme ou la mort con una advertencia que hoy retumba con intensidad: si no transformamos radicalmente el orden patriarcal, la humanidad se encamina hacia su desaparición. Aquel libro, inédito en español durante décadas, no fue solo un ensayo visionario, sino un acto fundacional: es allí donde la autora introduce por primera vez el término ecofeminismo, una categoría conceptual que cambiaría el rumbo del pensamiento crítico al enlazar de forma audaz dos luchas hasta entonces vistas como paralelas, la emancipación de las mujeres y la protección del planeta.
D’Eaubonne parte de una observación lúcida: la dominación patriarcal que ha subordinado históricamente a las mujeres es la misma fuerza que ha permitido y legitimado la explotación desmedida de la naturaleza. En su mirada, estas formas de opresión no son simplemente comparables, sino profundamente interdependientes. El control sobre los cuerpos femeninos -a través de la reproducción forzada, el trabajo doméstico no remunerado o la negación de autonomía- se presenta como el reverso del control sobre los ciclos naturales, los territorios y los recursos. Ambas dinámicas responden a una lógica común: el afán de poder, de dominación, de crecimiento sin límite.
Lejos de plantear una reforma superficial, d’Eaubonne exige una ruptura. Llama a lo que ella denomina una mutación social: un cambio estructural y radical que cuestione los cimientos mismos de nuestras sociedades. Denuncia con fuerza el productivismo del capitalismo (también del socialismo realmente existente), la voracidad de un sistema económico que concibe la vida como materia prima para el beneficio, y al que responsabiliza tanto de la catástrofe ecológica como de la perpetuación de la desigualdad de género. Para ella, el patriarcado no solo oprime: devasta; no solo subyuga: agota.
"Nos parece que ha llegado el momento de exponer un hecho relevante: el feminismo no es solo -lo que ya le ha otorgado su dignidad fundamental- una protesta que lleva a cabo la categoría humana más antiguamente aplastada y explotada, ya que «la mujer fue esclava antes de que existiera el esclavo», sino que el feminismo es la humanidad en crisis, y es la transformación de la especie; es verdaderamente el mundo que deberá cambiar hasta su base. Y mucho más: ya no hay elección; si el mundo rechaza esta mutación que superará a cualquier revolución, del mismo modo en que la revolución ha trascendido el espíritu de reforma, sin duda estará condenado a muerte. Y a una muerte a corto plazo. No solo por la destrucción del medio ambiente, sino por la superpoblación, cuyo proceso pasa directamente por la gestión de nuestros cuerpos encomendada al Sistema Masculino.
D’Eaubonne parte de una observación lúcida: la dominación patriarcal que ha subordinado históricamente a las mujeres es la misma fuerza que ha permitido y legitimado la explotación desmedida de la naturaleza. En su mirada, estas formas de opresión no son simplemente comparables, sino profundamente interdependientes. El control sobre los cuerpos femeninos -a través de la reproducción forzada, el trabajo doméstico no remunerado o la negación de autonomía- se presenta como el reverso del control sobre los ciclos naturales, los territorios y los recursos. Ambas dinámicas responden a una lógica común: el afán de poder, de dominación, de crecimiento sin límite.
Lejos de plantear una reforma superficial, d’Eaubonne exige una ruptura. Llama a lo que ella denomina una mutación social: un cambio estructural y radical que cuestione los cimientos mismos de nuestras sociedades. Denuncia con fuerza el productivismo del capitalismo (también del socialismo realmente existente), la voracidad de un sistema económico que concibe la vida como materia prima para el beneficio, y al que responsabiliza tanto de la catástrofe ecológica como de la perpetuación de la desigualdad de género. Para ella, el patriarcado no solo oprime: devasta; no solo subyuga: agota.
"Nos parece que ha llegado el momento de exponer un hecho relevante: el feminismo no es solo -lo que ya le ha otorgado su dignidad fundamental- una protesta que lleva a cabo la categoría humana más antiguamente aplastada y explotada, ya que «la mujer fue esclava antes de que existiera el esclavo», sino que el feminismo es la humanidad en crisis, y es la transformación de la especie; es verdaderamente el mundo que deberá cambiar hasta su base. Y mucho más: ya no hay elección; si el mundo rechaza esta mutación que superará a cualquier revolución, del mismo modo en que la revolución ha trascendido el espíritu de reforma, sin duda estará condenado a muerte. Y a una muerte a corto plazo. No solo por la destrucción del medio ambiente, sino por la superpoblación, cuyo proceso pasa directamente por la gestión de nuestros cuerpos encomendada al Sistema Masculino.
Es hora de demostrar que el fracaso del socialismo a la hora de fundar un nuevo humanismo ( y, por tanto, para evitar la destrucción del medio ambiente y la inflación demográfica) pasa directamente por su negativa a cuestionar el sexismo que mantienen, de formas diferentes, tanto el campo socialista como el bloque capitalista.
No es la liberación de la mujer lo que implica la construcción del socialismo, sino el surgimiento de un tipo de socialismo enteramente nuevo, mutacional, el que deberá emerger después de que la mujer escoja su propio destino y se produzca la destrucción irreversible del patriarcado.
Finalmente, en conclusión, es urgente subrayar la sentencia de muerte impuesta por este sistema en agonía convulsa a todo el planeta y su especie humana si el feminismo, al liberar a la mujer, no libera a toda la humanidad; es decir, si no le arranca el mundo al hombre de hoy para transmitírselo a la humanidad del mañana".
Feminismo o muerte no es solo un título provocador: es una consigna, un ultimátum y, sobre todo, una brújula. A pesar de haber sido escrita hace más de medio siglo, la obra conserva una vigencia asombrosa. En pleno siglo XXI, ante una crisis climática que se agrava día a día y una desigualdad de género que persiste con viejos y nuevos rostros, las ideas de Françoise d’Eaubonne resuenan con renovada claridad. Su ecofeminismo no es una curiosidad histórica, sino una herramienta política para nuestro presente. Con su prosa vibrante y militante la autora lanza un llamamiento a la acción urgente y colectiva. Nos invita a entrelazar las luchas feministas y ecológicas como dos ramas del mismo árbol, como fuerzas capaces de resistir y de rehacer el mundo. Su propuesta es ambiciosa y vital: se trata de repensar desde cero las formas de organización política, económica y cultural colocando la vida -la humana y la no humana- en el centro de nuestras decisiones colectivas. De recuperar valores de cuidado, reciprocidad, sostenibilidad y construir un nuevo paradigma donde el bienestar común sustituya al lucro individual.
Feminismo o muerte no es solo un título provocador: es una consigna, un ultimátum y, sobre todo, una brújula. A pesar de haber sido escrita hace más de medio siglo, la obra conserva una vigencia asombrosa. En pleno siglo XXI, ante una crisis climática que se agrava día a día y una desigualdad de género que persiste con viejos y nuevos rostros, las ideas de Françoise d’Eaubonne resuenan con renovada claridad. Su ecofeminismo no es una curiosidad histórica, sino una herramienta política para nuestro presente. Con su prosa vibrante y militante la autora lanza un llamamiento a la acción urgente y colectiva. Nos invita a entrelazar las luchas feministas y ecológicas como dos ramas del mismo árbol, como fuerzas capaces de resistir y de rehacer el mundo. Su propuesta es ambiciosa y vital: se trata de repensar desde cero las formas de organización política, económica y cultural colocando la vida -la humana y la no humana- en el centro de nuestras decisiones colectivas. De recuperar valores de cuidado, reciprocidad, sostenibilidad y construir un nuevo paradigma donde el bienestar común sustituya al lucro individual.
"Y las dos fuentes de riqueza desviadas en beneficio del varón [volverán] a ser una expresión de vida en lugar de una elaboración de la muerte, y por fin se [tratará] al ser humano ante todo como persona, y no como hombre o mujer.
Y el planeta, puesto en femenino, [reverdecerá] para todos".
*-*-*-*-*
Françoise d’Eaubonne y el ecofeminismo
Traducción de Orlando Zulueta Rodríguez
Editorial Popular, 2021
"El ecofeminismo, movimiento atípico dentro de la ecología política, puede definirse como una exhortación a las mujeres a que asuman la gestión política del mundo -gobernado por el patriarcado- para salvar a una humanidad condenada a corto plazo".
Y aunque nada sustituye la lectura del libro de Françoise d’Eaubonne, este breve ensayo de Caroline Goldblum es una buena vía para conocer la vida y la obra de la autora de Feminismo o muerte. Sin ser ni una biografía ni un estudio crítico, el libro funciona como puerta de entrada al universo intelectual y militante de Françoise d’Eaubonne.
Caroline Goldblum estructura la obra en dos partes: una biografía narrativa que abarca desde sus orígenes hasta su compromiso político e intelectual -sus militancias comunistas, feministas, anticoloniales, antinucleares- y una selección de textos representativos de su pensamiento ecofeminista y antiproductivista. El libro nos presenta a una mujer de convicciones radicales, movida por una sensibilidad temprana que la empujó a denunciar conexiones que pocas personas imaginaban: patriarcado, capitalismo, destrucción ambiental y control sobre los cuerpos de las mujeres. En su perfil biográfico se narra su transición del comunismo (militó en el Partido Comunista Francés de 1946 a 1956) a la fundación del FHAR (Frente Homosexual de Acción Revolucionaria) en 1971 y, más tarde, del movimiento Écologie-Féminisme en 1978.
En cuanto a la presentación del cuerpo doctrinal de Françoise d'Eaubonne, el libro se centra en su concepción del ecofeminismo y su crítica radical de la sociedad salarial y el productivismo, en una propuesta alineada con lo que hoy conocemos como decrecimiento. Una pieza crítica en su pensamiento fue su defensa de la “huelga de procreación”, es decir, la decisión colectiva de no tener hijos como forma radical de oponerse al sistema patriarcal y productivista.
El texto, ausente de academicismos, se lee con ritmo sostenido y es rico en citas y fragmentos emblemáticos. Como ya he indicado, es una buena introducción a la obra de Françoise d'Eaubonne y a la propuesta ecofeminista.
El texto, ausente de academicismos, se lee con ritmo sostenido y es rico en citas y fragmentos emblemáticos. Como ya he indicado, es una buena introducción a la obra de Françoise d'Eaubonne y a la propuesta ecofeminista.
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