lunes, 6 de julio de 2020

Noviembre

Jorge Galán
Noviembre
Tusquets, 2016

"Cuando eran jóvenes, todos había llegado a El Salvador desde España, siendo sólo unos chicos, en los dulces años 50, y se habían marchado a estudiar pero habían vuelto siempre, al poco tiempo. Aunque muchas veces habían partido, habían regresado siempre. Y ahora todos ellos estaban allí, sobre la tierra, y algo tendría que significar aquello".


Aunque presentada, incluso por su autor, como una novela, y a pesar de que, en efecto, en la misma encontramos diversos momentos en los que la ficción salpimenta el relato para dotarlo de un imprescindible contexto, Noviembre es, sobre todo, el resultado de una concienzuda investigación. Se trata, por tanto, de un relato cierto riguroso que reconstruye  el asesinato, el 16 de noviembre de 1989, de Ignacio Ellacuría, rector de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas"(UCA), junto con sus hermanos jesuítas Ignacio Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López, además de a Elba Julia Ramos, trabajadora en la residencia de los jesuítas, y su hija Celina, de 15 años.

Jorge Galán empezó sus estudios en la UCA en 1991, dos años después de la matanza. La presencia de las y los mártires de la universidad le marcó de tal manera que, mientras desarrollaba una reconocida carrera como poeta, no dejó de dar vueltas a la necesidad de conocer en profundidad y dar a conocer unos hechos cuya organización aún está siendo juzgada.

Para escribir el libro Galán mantuvo largas entrevistas con José María Tojeira, provincial de los jesuitas para Centroamérica en la época del asesinato, y una de las personas que más hizo para impulsar el proceso legal contra sus autores materiales; con Alfredo Cristiani, presidente de la república de El Salvador en aquellas fechas; o con Jon Sobrino, que salvó su vida al encontrarse de viaje, amigo y colaborador de Ellacuría, con quien coordinó una obra imprescindible, Mysterium Liberationis. Conceptos fundamentales de la Teología de la Liberación (Trotta, 1990), publicada unos pocos meses después del asesinato.

El libro clarifica responsabilidad de las fuerzas armadas salvadoreñas en el asesinato, su encubrimiento por los Estados Unidos gobernados por George Bush padre, los intentos del gobierno salvadoreño para hacer recaer la culpabilidad en la guerrilla del FMLN, la ambigua reacción del Vaticano de aquel Juan Pablo II adversario declarado de la teología de la liberación, y enhebra la matanza de 1989 con los asesinatos de Monseñor Romero en 1980 y del sacerdote jesuíta Rutilio Grande en 1977.

Exiliado en España al recibir amenazas de muerte tras la publicación del libro, decía el autor en una entrevista: “No quise hacer un libro religioso, ni político, ni centrado en los asesinos. Es una historia de humanidad”. Humanidad afirmada hasta la muerte por unos mártires que, pudiendo haber escogido otra vida, optaron por compartir existencia y muerte con las grandes mayorías excluídas, explotadas o asesinadas. Como dice al final del libro uno de los entrevistados, Francisco Andrés Escobar, profesor de la UCA: "Yo creo [...] que esta historia no comienza con la ofensiva, ni en 1989, ni con la muerte de Romero ni con la de Rutilio. Sinceramente, esta historia debería empezar en 1948, cuando un cura les habló de este país nuestro a unos seminaristas y les preguntó quién quería venir al seminario de Santa Tecla. Y un tal Ignacio levantó la mano".
 

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