Lecho de musgo
Traducción de Pilar Ylla
Círculo de Lectores, 1990
"Le gustaría no tener que ir más en metro, porque a todos los hombres se les puede ver ese bulto entre las piernas. Todos los hombres tienen un arma en los pantalones y sus ojos son cuchillos, cada mirada un corte en la barriga de Rinka. Las manos son serpientes imprevisibles. Si Rinka las pierde de vista, se abalanzan sobre ella".
La protagonista de esta novela, Rinka, es una joven que enfrenta la brutal realidad de haber sido víctima de una violación. La novela detalla no solo el suceso, sino también las consecuencias inmediatas y las secuelas a largo plazo que marcan su vida de manera irrevocable: "Se acabó. Las calles ya no son como antes. En las calles hay guerra".
La autora no elude la crudeza del acto ni el impacto psicológico que este deja: la pérdida de la autoestima, la sensación de culpa y vergüenza, el distanciamiento de los seres queridos, y la lucha por encontrar un nuevo sentido a la vida. A través de una narrativa directa, pero también introspectiva, Anja Tuckermann nos introduce en el calvario emocional, físico y social de la protagonista, mostrando cómo este evento traumático transforma su vida. Rinka se siente constantemente perseguida, tanto por sus propios miedos como por la sensación de que el mundo entero la juzga. La novela no solo describe el impacto inmediato de la violación, sino también el largo y doloroso proceso de intentar reconstruir su vida y su identidad, mostrando cómo afecta cada aspecto de la vida de la protagonista, a su percepción de sí misma, a sus relaciones sociales y a su ser en el mundo. Consecuencias que perduran mucho más allá del momento físico de la violación, convertido en gozne existencial, en un antes y un después en la vida de Rinka:
"Y se maravilla de que el sol salga como todos los días, un ardiente balón rojo sobre las líneas férreas acribilladas de señales y postes eléctricos, y de que ella misma pueda ver con sus propios ojos ese sol, que sus ojos puedan aún ver algo. Rinka se asombra de cada destello de la vida. ha sobrevivido a su muerte".
Una de las mayores fortalezas de Lecho de musgo es su representación matizada del camino hacia la recuperación. La autora no ofrece soluciones simplistas ni un arco de redención lineal, sino que retrata con crudeza la complejidad de reconstruir una vida después de un evento tan traumático. Esto no solo genera empatía con la protagonista, sino que también invita a la reflexión sobre las formas en que nuestra sociedad responde (o falla en responder) a la violencia sexual.
Una obra poderosa y necesaria que aborda un tema tan doloroso con sensibilidad y honestidad. Anja Tuckermann no solo nos muestra el horror de la violación, sino también la fuerza y la lucha diaria de una joven que intenta reconstruir su vida. A través de Rinka, la autora nos invita a reflexionar sobre el silencio que rodea a las víctimas de violencia sexual y la importancia de escucharlas, creerlas y apoyarlas. Son tantas...
"Ahora las amigas rompen el silencio. Algunas hablan por primera vez.
Christine dice: «Aquello me hizo cambiar de carrera. Hasta entonces había estudiado Arte. Después ya no pude pintar más».
Marion dice: «A mí antes me cortaron el pelo. Desde entonces, por miedo, no he vuelto a llevar el pelo largo».
Karolin dice: «Tuve que seguir con él en el coche. En la autopista de Berlín no se permite bajar. Tampoco nadie se para a recogerte».
Susanne dice: «Mi marido estaba borracho cuando me tiró al suelo. Nueve meses después tuve el niño».
Regina dice: «Primero lo hizo mi hermano, luego mi primo».
Petra dice: «Cuando volví a casa, él me esperaba en el piso con una pistola».
¿Queda todavía alguna mujer a la que no le haya ocurrido algo semejante?".
No hay comentarios:
Publicar un comentario