Francisco Veiga, Carlos González-Villa, Steven Forti, Alfredo Sasso, Jelena Prokopljevic, Ramón Moles
Patriotas indignados. Sobre la nueva ulraderecha en la Posguerra Fría. Neofascismo, posfascismo y nazbols.
Alianza Editorial, 2019
Es este un ensayo coral, escrito a varias manos y desde perspectivas diversas, lo que explica tanto sus virtudes (que son muchas) como sus debilidades.
Entre estas últimas, la más evidente es la ausencia de una linea narrativa que convierta el libro en un relato, lo que facilitaría sobremanera su lectura. Destaca esta carencia en su abruptísimo final, con un último párrafo que lleva a la lectora o lector a pensar que falta alguna página que lo desarrolle.
En la introducción se afirma la relación de las distintas manifestaciones de "patriotismo indignado" con la crisis de 2008, cuyas raíces se remontan al triunfo global de un neoliberalismo que, tras la caída de la URSS, no se encontró con ningún antagonista a la altura del desafío histórico planteado, ya que la izquierda de entonces "no supo transformarse a tiempo ni defender su propio legado histórico". Esta hipótesis podría haber servido para organizar las distintas aportaciones que componen el libro y dotarlo de una suerte de guión que lo estructurara. No ha sido así.
La primera parte, dedicada al análisis del "colapso de la civilización soviética" y que ocupa cuatro capítulos se desarrolla al margen de esta hipótesis y constituye un libro en sí misma. Tiene poco que ver con el resto del texto (más allá del hecho de que, según la autora y los autores, "en el desarrollo de la ultraderecha a escala mundial, Rusia tuvo un papel central"), pero su lectura resulta sumamente informativa
La segunda parte, titulada "Marasmo en el mundo feliz neoliberal 2008-2018"es la que, en principio, entronca más explícitamente con la cuestión de la relación entre la Gran Recesión y el auge de los nacionalpopulismos en Europa. El primero de los capítulos que la componen, el 5, analiza "el avance ultra en las instituciones europeas".
Pero en el capítulo 6 se abandona este tema y la cronología señalada para retrotraernos hasta los años setenta, analizando el recurso a consultas referendarias en la Unión Europea (o antes, en la Comunidad Económica Europea), un total de 48, algunas relativas a la misma integración europea, y que en el libro se califican de "consultas de combate", puesto que en ocasiones han sido utilizados por fuerzas euroescépticas. Incluso se hace una breve y extemporánea referencia a los referéndums sobre la indepenencia de Quebec en 1980 y 1995.
El capítulo 7, titulado "Fascismo antifascista", nos sitúa de nuevo en el escenario de la Europa del Este post-soviética, en concreto en la ex Yugoslavia, Georgia o Ucrania. Y en este capítulo volvemos a encontrar un "fallo de guión", con un apartado titulado "Fascistas contra nazis", que empieza con referencias a las desavenencias mantenidas entre Hitler y Mussolini para ejemplificar la idea de que en varios momentos históricos "los fascistas han luchado entre ellos mismos", pasando luego a comentar muy por encima las tensiones existentes entre Farage y Marine Le Pen, entre los búlgaros de Ataka y los húngaros de Jobbik, e incluso se dedican algunos párrafos deslavazados a señalar algunos debates en foros del nacionalismo catalán entre "identitarios" e independentistas.
Mucho más interés tiene el capítulo 8, "El 68 inverso", en el que se analiza el surgimiento de las nuevas derechas europeas y estadounidenses como "reacción ideológica contra la nueva izquierda [sesentayochista], pero utilizando sus mismos recursos, sus ideas y actitudes".
La tercera parte del libro, titulada "Síntesis, culturas y definiciones", consta de dos capítulos que, de nuevo, tienen poco que ver entre sí. El capítulo 9 está dedicado a desenmarañar "El laboratorio italiano", desde la crisis del sistema político surgido tras la guerra, pasando por el "telepopulismo de Berlusconi" hasta llegar a Salvini. Su lectura es muy sugerente.
El capítulo 10, "Poderes no elegidos", vuelve a ser un texto desarticulado, donde se mezclan las redes sociales, los oligarcas y mafiosos rusos, la "economía canalla" estudiada en profundidad por Loretta Napoleoni, las empresas privadas de seguridad, el hooliganismo futbolístico o el urbanismo totalitario de las ex repúblicas soviéticas de Asia Central.
El libro se cierra con un epílogo que tiene valor en sí mismo, en el que se categoriza y distingue el fenómeno ultra en Occidente, se reflexiona sobre la idoneidad de utilizar para caracterizarlo el término fascismo" y se retoma la relación, planteada en la introducción, entre la crisis de 2008 y la generalización y fortalecimiento de las ideas y las organizaciones nacionalpopulistas, concluyendo que "la nueva ultraderecha tiene un caladero de votos real y persistente".
Un libro recomendable, informado y reflexionado, que hubiera necesitado una labor de edición más sistemática.
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