Robert Skidelsky, catedrático de Economía Política de Warwick y uno de los mejores conocedores de la obra de Keynes, firma junto con su hijo Edward, profesor de Filosofía, ha publicado el libro titulado ¿Cuánto es suficiente? (Crítica). Un libro de lectura imprescindible en estos tiempos de sobresueldos, de viajes a Andorra con mochilas llenas de billetes de 500 euros y de áticos de lujo.
Como señalan en la introducción, "este libro es un argumento contra la insaciabilidad, contra la disposición psicológica que nos impide, como individuos y como sociedades, decir 'ya es suficiente'".Una disposición que, alentada sin ningún tipo de control por el capitalismo, ha pasado de ser un comportamiento aberrante exclusivo de los más ricos a proponerse como modelo "normal" de comportamiento, al que todas y todos debemos aspirar. La "parishiltonización" del mundo.
Esta insaciabilidad se expresa tanto en el nivel micro de los comportamientos individuales como en el macro de los objetivos de las políticas económicas de todos los estados: es la obsesión por el crecimiento del PIB. La manipulación de los deseos, la competencia por el estatus, la monetarización de cada vez más ámbitos vitales, la confusión de medios y fines y, sobre todo, la falta de una concepción compartida de lo que debe ser la buena vida, están en la base de esta situación. Esta ausencia de proyecto de vida endosa a las instituciones política una responsabilidad que no pueden rehuir.
En una entrevista Robert y Edward Skidelsky reclaman una decidida intervención de los poderes públicos destinada a modificar una realidad que, en su opinión, debe ser transformada tanto por razones morales como de estricta eficiencia: "Uno de los mayores mitos que tenemos que sufrir es que el Estado es neutro. Pero sucede que cuando se reclama la intervención del Estado para poner barreras a la insaciabilidad aparecen los liberales [económicos] y niegan esta participación porque se rompería la libertad de elección del mercado o la neutralidad del Estado. Pero no es así. En realidad, el Estado está promoviendo la insaciabilidad económica de los mercados y los individuos y nos empuja hacia ella. Un ejemplo más: el Estado regula la publicidad, ¿por qué no promueva una publicidad diferente a la de consumir productos todo el rato?".
La insaciabilidad es también el argumento de dos libros de ficción publicados originalmente hace 127 y 52 años, respectivamente, editados en castellano en 2011.
"Marcaré una parcela muy grande. En una jornada puedo recorrer unas cincuenta verstas. En esta época un día dura tanto que parece un año. Y en cincuenta verstas hay un montón de tierra. La peor la venderé o se la dejaré a los mujiks y yo me quedaré con la mejor y la cultivaré con mis propias manos. Compraré dos bueyes para el arado y contrataré a menos dos trabajadores; sembraré medio centenar de verstas y dejaré el resto para que paste el ganado". Al final no será tanta la tierra que necesite...
Una preciosa parábola, excelentemente editada y acompañada de las ilustraciones de la donostiarra Elena Odriozola.
Tres lecturas bien interesantes, cada una a su manera. Las tres nos invitan a reflexionar sobre la ambición descontrolada y el deseo de acumular bienes, dinero o tierra.
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