El jardín secreto
Traducción de Isabel del Río Salvador
Siruela, 2020 (1992)
"La lluvia, prolongada y cálida, había hecho que sucedieran cosas extraordinarias en los macizos de plantas herbáceas que bordeaban el sendero junto al muro del extremo: iban apareciendo los tallos, se abrían camino desde las raíces de las matas, y ya podían verse aquí y allá retazos de amarillo y añil, desplegándose de los brotes de las flores de azafrán. Seis meses antes, a la señorita Mary no le importaba en absoluto cómo iba despertándose el mundo entero, pero ahora..., ahora no quería perderse nada".
Publicado en 1911, El jardín secreto es un clásico de la literatura infantil-juvenil británica, en la línea de sus contemporáneos El viento en los sauces (Kenneth Grahame, 1908) o los relatos de Beatrix Potter (publicadas entre 1902 y 1930). Una historia deliciosa, mágica, que cualquier lectora o lector adulta disfrutará, tanto por su contenido (un canto a la naturaleza, la amistad y la simplicidad) como por su estilo, luminoso.
La historia transcurre en una mansión aislada en los aparentemente desolados páramos del condado de Yorkshire. Un paisaje que resultará familiar a quien haya leído Cumbres borrascosas, El sabueso de los Baskerville (aunque, en este caso, la historia transcurre en el condado de Devon) o algunos de los relatos de Enid Blyton.
Protagonizan la narración una niña y dos niños separados por la inmensidad que significa su carácter opuesto y su distancia de clase, pero que construirán una amistad sincera y firme gracias a la magia del jardín que da título al libro, en realidad el personaje principal del relato, y que hace las veces del armario de Las crónicas de Narnia, al permitirles acceder a un mundo mágico de flores, árboles y animales.
"Si no ha tenido nunca un jardín, no se podrá entender; y si se tiene uno, se sabrá que se necesitaría un libro entero para explicar todo lo que allí sucedió".
Este es el libro que lo explica.