La vida juega conmigo
Traducción de Ana María Bejarano
Lumen, 2020
"La partisana que hay en ella no está tranquila. la mujer que después de la guerra mundialtrabajó dos años en el contraespionaje a Tito no descansa. Me escudriña con los ojos entrecerrados. El hecho de que yo lleve siendo su nieta casi cuarenta años no me supone ninguna ventaja en este momento".
Este es un libro basado en la historia real de la judía croata Eva Panic Nahir (Vera en el relato de Grossman), que eligió ser leal a su marido, acusado por el régimen de Tito de ser un espía al servicio de Stalin, y muerto en la prisión donde estaba siendo interrogado, aunque esto le supuso ser internada durante dos años en el gulag de Goli Otok y abandonar durante ese tiempo a su hija Nina, de solo seis años. Aquí puede verse un documental sobre su vida.
La narradora de este relato es Guili, hija de Nina y nieta de Vera, que busca reconstruir la historia de su familia. Las consecuencias del abandono materno sobre Nina, que a su vez abandonaría a Guili, su hija, son la base de este desgarrador ejercicio de memoria, de lucha contra el olvido histórico pero también contra la enfermedad de Alzheimer diagnosticada a Nina. Una historia de abandonos, de complejas relaciones de pareja y materno-filiales ("no estoy dispuesta a tener un hijo", afirma Guili. "Estoy maldita para la maternidad"); pero, sobre todo, es una historia de amor, de amores aparentemente imposibles sostenidos a lo largo del tiempo, generosos, sanadores.
"Sé amarla. Puede que te suene patético, puede que te parezca que no merece amor, pero yo sé cómo quererla en cada una de sus situaciones. Eso es lo que tengo en el mundo, saber amar a una persona a la que no es fácil amar. Hacer que le sea un poco más llevadero estar consigo misma".
Un novela delicadísima que merece la pena leer.
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