martes, 17 de septiembre de 2024

Un lugar soleado para gente sombría

Mariana Enriquez
Un lugar soleado para gente sombría
Anagrama, 2024

"Unos minutos con él lo disuadieron. No importa qué le dije, qué hice: llega un momento en que resulta muy mecánico. Este era mi tercer encuentro con fantasmas revueltos, pero en realidad ya había tranquilizado a los otros, a mi madre y a las chicas asesinadas, muchas veces. Yo no envío a los fantasmas a ninguna parte, ni buena ni mala. No hay paz ni cierre. No hay reconciliación. No hay pasaje. Todo eso es ficción. Sólo los tranquilizo y evito que reincidan con una frecuencia inaguantable para los vivos, por un tiempo. Pero vuelven, como si se olvidaran y hay que volver a empezar. ¿Por qué será?".

 
Una mujer que tiene la capacidad de calmar a los fantasmas que regresan a las calles donde fueron asesinados, en un escenario de degradación de la convivencia en las barriadas populares y de irrupción del miedo como factor político ("el fascismo en general empieza con miedo y se transforma en odio"). Pájaros que antes fueron mujeres, castigadas por no acomodarse a lo que la sociedad les exige. Una mujer violada cuando tenía catorce años por un hombre sin rostro ("No tenía cara. Era un borrón") y una hija cuya cara se va deformando y borrando. Una joven que sólo tiene sexo con muertos fantasma. Una modificación corporal extrema pero literalmente reparadora. Una investigación periodística sobre la extraña muerte de una turista en un hotel de Los Ángeles "conocido no solo por tragedias, suicidios, crímenes y demás. sino porque ahí se alojó durante un tiempo el asesino serial Richard Ramirez". Un pueblo en el que hay zoológico abandonado destruido por un incendio, del que escapó una pareja de hienas cuyas risas se escucha al anochecer, y un palacio abandonado que fue utilizado como centro de detención y torturas. Un precioso vestido rojo de seda que guarda la memoria de cortes, de golpes, de moretones, sangre y heridas. Una mujer que recibe llamadas desconocidas y en cuyo apartamento el espejo del ropero refleja la imagen de un hombre joven sollozando sin parar. Una cruel broma infantil que acabó en tragedia. Una pareja que va de fin de semana a un extraño pueblo del que no resulta sencillo salir ("Ay, se piensan que es tan fácil, ¿no? Los jóvenes son así. Todo se soluciona con irse. ¿para qué entraron?"). Unas personas que trabajan en una ONG dedicada a proveer de comida, mantas y duchas portátiles a personas sin hogar y que una noche se encuentran con unos aterradores chicos de ojos negros. 

Doce relatos que exploran lo inquietante y lo sobrenatural en la vida cotidiana, todo envuelto en una atmósfera perturbadora y realista. Doce historias desasosegantes que combinan magistralmente el horror, la crítica social y la construcción de personajes complejos que enfrentan sus propias sombras en escenarios aparentemente comunes. Y con una mirada profundamente feminista. Una auténtica obra maestra.

Moscadero, otra vez: ¡y van tres!

Por tercer domingo consecutivo regreso a Angulo para hacer la ruta que lleva al Urieta y al Moscadero. Creo que nunca he repetido (o "tripitido") una salida montañera tan de seguido. Pero he vuelto a caminar en compañía y esta es una de esas salidas que enamora a quien no conoce la zona. Y otra vez la cima de Urieta estaba controlada por mastines que pastoreaban un gran rebaño de ovejas que pastaba en torno al buzón.