jueves, 4 de agosto de 2016

Valle de Miranda y Pico Rebanal

Ayer tocaba colada, cocina y lectura. Mañana hablamos de los libros que hemos leído estos días.
Ayer el calor bochornoso nos metió en la cama esperando que hoy vendría lluvia. Y lo cierto es que ha amanecido oscuro y nublado. Así que he optado por una ruta que, en caso de necesidad, me permite una rápida retirada. Se trata, en todo caso, de una de mis caminatas favoritas: la cosa es recorrer todo el Valle de Miranda para, al final del mismo, encaramarnos entre peñas y praderíos hasta el cordal que une el Alto de las Grajeras (1.813 m.) con el Pico Rebanal (1.841 m.), y volver por todo lo alto del valle, hasta su inicio.
Al final el día ha resultado de lo más apropiado para andar. Nada que ver con el insoportable calor de estos días pasados. Un día perfecto para haber subido hasta Peña Prieta, como estaba pensado. Otro día será. Igual el sábado.
Pero no hay mal que por bien no venga, y hoy he podido sacar algunas fotos preciosas (por la realidad fotografiada, no por la pericia del fotógrafo, más bien escasa) tanto del valle, con su desolada amplitud y sus caprichosas formaciones rocosas, como de un corzo y una buena cantidad de venados.







Encuentro algunos ciervos con la poderosa cuerna en pleno crecimiento, preparándose para la berrea de septiembre.






Creo que nunca había podido acercarme tanto. Ni a machos como estos ni, sobre todo, a una manada de hembras como esta con la que me he topado bajando ya hacia la entrada del valle..



Mientras cresteaba, también he podido fotografiar las dos cumbres a las que he ascendido en los días pasados: Peña Santa Lucía y Pico Murcia. Tan cerca, tan lejos.



martes, 2 de agosto de 2016

Pico Murcia

A pesar de su imponente silueta y de sus más que respetables 2.341 metros de altura, el Pico Murcia es, creo, una de las cimas menos visitadas de la Montaña Palentina. En el día de hoy calculo que habremos hollado su cima una docena de personas, el mismo número de montañeras y montañeros que puedes ver juntarse en la cima del Curavacas o el Espigüete durante el rato que dedicas a reponer fuerzas, disfrutar del paisaje y sacar unas fotos.
Y sin embargo, es una de las ascensiones que recomiendo a quien quiera tener una experiencia de alta montaña intensa, pero sencilla.
Desde la cumbre pueden verse los Picos de Europa, y desde el collado que separa la cima del Murcia de la cresta de las Cerezuelas se ofrece una excelente vista de la cara norte del Espigüete.



Hoy, mientras descendía, he podido ver que en el nevero que el invierno deja como recuerdo en ese collado se refrescaba un rebeco. Ya estaba lejos, pero creo que con un poco de atención puede distinguirse.


La verdad es que el calor apretada, y cruzarme con gente que encaraba los primeros repechos a eso de las 12 del mediodía me producía la sensación de sufrir mi calorina y la suya. El rebeco estaba mejor, mucho mejor.
Quien, sin ánimo o motivación para encaramarse hasta la cima, recorra el valle de Valcabe hasta su circo final, tendrá la ocasión para disfrutar de un escenario de alta montaña sin demasiado esfuerzo.


domingo, 31 de julio de 2016

Peña Santa Lucía

"Sentado en un peldaño de la pequeña escalera de piedra, mientras el sol se mueve lentamente, contemplo la montaña de mi vida. Pero ella no me mira: ella está encerrada en sus pensamientos impenetrables, y en las concavidades de su regazo impetuoso las sombras se extienden y se agazapan entre los picos, devolviéndome extraños encantamientos de la juventud perdida".

Dino Buzzati, Los indómitos de la montaña, Gallo Nero, 2016


El calor sofocante de ayer dio paso, por la tarde, a una aparatosa tormenta, y esta a una mañana nublada. Así que, cambio de planes.
Cómoda ascensión a Peña Santa Lucía (1.854 mts.) desde Triollo, por alargar el recorrido. 
Ciervos y rebecos me observan agazapados tras las rocas y escapan a la carrera tan pronto como me detengo para fotografiarlos.
Los buitres esperan, pacientes, a que el sol caliente el aire y les facilite el vuelo.
Incluso el Ojo de la Lastra está hoy velado por la niebla.