jueves, 5 de mayo de 2016

¿Eclipse de la democracia? Debate: Enrique Gil Calvo y Berna González Harbour



¿ECLIPSE DE LA DEMOCRACIA? ¿UNA CUESTIÓN DE VALORES?
(Planteamiento de la cuestión)
ASOCIACIÓN PARA LA FORMACIÓN Y ESTUDIOS SOCIALES / AFES – BILBAO

ESTAS PREGUNTAS surgen como continuación de una reflexión anterior que varias personas y grupos nos hemos planteado a la luz de los acontecimientos políticos que van suscitando, tanto en Europa como en España una preocupación creciente sobre la salud de nuestro sistema democrático.
La situación que podemos calificar como “sistémica” o “estructural”, viene de atrás, es anterior a la crisis económica que llevamos sufriendo desde 2007 o 2008. Incluso, muchos analistas se plantean si la crisis es tal y si no estaremos ya –desde hace tiempo- inmersos en un nuevo tiempo y en un nuevo paradigma socio-económico y político. Una situación en la que el capitalismo de la globalización ha terminado por constituir nuevas normas, nuevas reglas económicas y un nuevo poder político de manos de un neoliberalismo triunfante.
La explosión del multipartidismo, la emergencia de movimientos xenófobos, la “huida” de muchos países del proyecto de la Unión Europea -o al menos eso intentan-, las tensiones separatistas de regiones con mayor nivel de vida, las políticas de restricción de las migraciones, la crisis de los refugiados procedentes de guerras que Europa y USA ha estimulado, son algunos de los indicadores o amenazas que configuran el marco de la crisis de la democracia. Porque estos factores y otros, no suceden en balde, dejan su huella en la conciencia ciudadana. Socavan su vinculación con la democracia generando un malestar cada vez más creciente. Malestar que adquiere tintes de rebeldía cuando la crisis golpea con más fuerza a las clases y grupos sociales más débiles y cuando la corrupción, como es el caso de nuestro país, no deja de ser noticia todos los días.
No es extraño, pues, que algunos hablen de esta crisis como “del crepúsculo de la democracia” por su impotencia para cambiar las cosas y mantener una cohesión social y un sistema distributivo de la riqueza más justo.
En una reciente publicación de Peter Mair se habla directamente del “gobierno del vacío, de la banalización de la democracia occidental”. Se pone en cuestión el papel de los partidos políticos como cauces de participación ciudadana en la gestión política, crece la desconfianza de las instituciones públicas que se ven sometidas al servicio de una partitocracia profesionalizada y desvinculada de la vida real de la ciudadanía. Y a su deslegitimación política se añade un desconcierto social por la pérdida de la ejemplaridad ética de los líderes y gestores públicos.
Por otra parte, está la cuestión de la economía, y en concreto, la financiera, como factor que se impone sobre la política, sobre las instituciones que nada o poco tienen que hacer frente a las necesidades y exigencias que se presentan como “ineludibles” e “imperativas” a la hora de tomar decisiones que contribuyan al bien general. El sistema democrático, sus mecanismos de representación y decisión se muestran así, esclavos del modelo y políticas económicas dirigidas desde otros lugares, por otras personas con o sin rostro pero con mucho poder.
Es este un contexto común europeo en el que ha brotado, con distintos matices particulares, todo tipo de experiencias políticas cargadas de xenofobia, demagogia, radicalismo neoliberal, populismos diversos y oportunistas políticos.
¿Dónde está el trigo y dónde la cizaña? ¿Dónde están las claves de este problema? ¿Son cuestiones que tienen solución? ¿Cómo? ¿En qué tiempo y con qué estrategia?
Entendemos que la democracia no es sólo una cuestión de procedimientos (de representación y/o de normas) sino, además, de valores tales como la igualdad, la libertad y la solidaridad. Y, también, de condiciones materiales que hacen posible la práctica efectiva de esos valores.
Creemos que estamos ante una crisis de “cultura política” entendida en su sentido más ético. En el sentido de asunción colectiva de valores más comunitaristas o solidarios vinculados a la participación social y enfrentados al individualismo inculcado por el neoliberalismo económico.
Creemos también que las dificultades democráticas por las que atraviesa en estos momentos nuestro país no son patrimonio exclusivo de la sociedad española sino que se extienden a las sociedades europeas. Y aunque las cuestiones aquí apuntadas tienen su diferente tratamiento en el marco de “sociedades y países con una democracia consolidada” nos interesa fijar para el nuestro una perspectiva y criterios de análisis preferente.
Para ello hemos invitado a nuestros ponentes, uno desde una perspectiva más académica y otra, desde una perspectiva más periodística, para “situar” las cuestiones más decisivas sobre la preocupación y las preguntas que nos planteamos y que les planteamos a ellos.
Esperamos que, entre todos, podamos extraer los mejores criterios posibles en el tiempo que disponemos en este debate-coloquio.

Preguntas indicativas:

· ¿Podemos hablar de ocaso, eclipse o final de la democracia o más bien de crisis pasajera, de situación difícil pero superable de la misma?
· ¿Puede funcionar una democracia en la sociedad compleja que vivimos con un sistema de representación no delegada? ¿Son factibles las representaciones o decisiones mediante los procedimientos de las asambleas abiertas?
· ¿Es posible controlar razonablemente los flujos económico-financieros? Y, sobre todo, ¿es posible un sistema fiscal efectivo (progresivo y equitativo) al servicio del bien general?
· ¿Estamos ante una regeneración ética que va a ser influyente en la vida colectiva y política en la próxima década?

1 comentario:

mirlos-gallos-y-halcones.blogspot.com dijo...

¡Hola, Imanol! Hoy me estoy haciendo una pregunta como persona buscador de un empleo: ¿Cómo elegir una empresa "legal" y/o ética (moral parece que no es utilizable, se le quiere dar otro sentido)? Después de todo lo que llevamos oyendo sobre la documentación de Panamá, las empresas "contribuyentes" en la C.Valenciana, Madrid y Cataluña. ¿Hay que averiguar, a parte de a qué se dedica una empresa, quien la dirige, su contabilidad...? ¡Como si sólo buscar empleo no fuera ya difícil!
No pido que me contestes, solo que meditemos el asunto, tema o cosa.

Un abrazo

Pedro Miguel