viernes, 31 de diciembre de 2010

Descargándome

Pido disculpas por la extensión de este comentario, que además no es sino el primero de otros que le seguirán. Pero el tema y mi situación lo exigen.

1. Una historia contada por un idiota, llena de ruido y de furia, que nada significa: a esto se ha visto reducido en España el debate sobre la creación cultural, los derechos de autor y la propiedad intelectual. O a la tragedia cainita de dos payasos con una trompeta. O a una alianza de neuróticos, en la que cada parte realiza propuestas que alimentan los miedos –fundados o no, pero al fin y al cabo miedos- de la otra. O a un juego de suma cero, donde las ganancias de unos sólo pueden sostenerse sobre las pérdidas de otros. O a un dilema del prisionero, situación en la que cada cual persigue su propio interés siguiendo una estrategia de egoísmo racional -minimizar costes, maximizar beneficios- imposibilitando cualquier planteamiento cooperativo y haciendo a la larga imposible un abordaje común del problema.
En este contexto, la iniciativa del presidente de la Academia del Cine me parece tan loable en su voluntad como previsiblemente estéril en sus resultados. Si leemos los comentarios a la crónica de la reunión publicada por EL PAÍS bajo el título “Satisfacción tras la reunión entre internautas y Álex de la Iglesia” lo que vamos a encontrar es mucha insatisfacción y, sobre todo, abundante mala leche; voluntad de escuchar y acordar, poca.
Pese a que pueda resultar estéril en estos momentos, la iniciativa no deja de apuntar en la buena dirección: la de poner todo nuestro esfuerzo al servicio de la tarea de romper esa alianza de neuróticos a la que me he referido antes.





2. España tenía que ser, también en esto, diferente.

En Francia, la Ley 2009-669 de 12 de junio para favorecer la difusión y la protección de la creación en Internet, más conocida como ley Hadopi, faculta a una autoridad administrativa para identificar descargas ilegales, advertir sobre ellas a los usuarios y, tras tres avisos, prevé la suspensión del acceso a Internet por decisión de un juez. En Estados Unidos el FBI cuenta con una unidad especializada en delitos cibernéticos con capacidad para cerrar, en colaboración con la Fiscalía o mediante orden judicial, websites que incurran en delitos contra la propiedad intelectual. Y las multas a quienes se bajan archivos protegidos son desorbitadas.
Así las cosas, en esos dos países el espacio para el encuentro entre gobiernos e internautas es inexistente.


Sin embargo en Francia tienen a Jérémie Zimmermann, cofundador de La Quadrature du Net, que recientemente ha propuesto una contribución creativa o “canon político” que los suscriptores de banda ancha abonarían mensualmente, y que serviría para compensar a los creadores por el intercambio de archivos en las redes P2P:

"Se podría pensar en un porcentaje sobre el precio de la conexión a internet, una especie de canon político para acabar con esta guerra contra el intercambio. Sería una forma de mostrar a los artistas que internet es una oportunidad para ellos.Cada suscriptor con una conexión de banda ancha podría pagar entre tres y diez euros al mes. Se podría hacer un reparto transparente basado en el número de descargas de cada trabajo. Pero recalco que una contribución de este tipo tendría que basarse en la transparencia y limpieza del reparto y, como no, la legalización del intercambio entre particulares".

Y en Estados Unidos tienen a Lawrence Lessig, cuya posición respecto al copyright o al canon digital es crítica, pero razonable.

Aquí tenemos un Gobierno que quiere impulsar una norma que no está concebida para actuar contra los usuarios descargadores. Lo señalaba con mucha claridad la ministra de Cultura en una reciente entrevista. Una norma que no tiene nada que ver ni con "patadas en el módem" (Núria Buenaventura, ICV) ni con "vueltas a la Inquisición" (Esperanza Aguirre, PP).
Recojo el párrafo que me parece clave de la no sé si demasiado bien conocida disposición final segunda de la Ley de Economía Sostenible (p. 55):

La sección [segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual] podrá adoptar las medidas para que se interrumpa la prestación de un servicio de la sociedad de la información o para retirar los contenidos que vulneren la propiedad intelectual por parte de un prestador con ánimo de lucro, directo o indirecto, o que haya causado o sea susceptible de causar un daño patrimonial. La ejecución de estos actos, en cuanto pueden afectar a los derechos y libertades garantizados en el artículo 20 de la Constitución, requerirá de la previa autorización judicial, de acuerdo con el procedimiento regulado en el artículo 122 bis de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
[Por cierto: si todo lo que ha podido conseguir la presión de EEUU es una norma como esta, tan alejada del modelo norteamericano...].

¿Tan lejos está de "la visión desde el otro lado" firmada por Javier de la Cueva, cuando defiende una regulación que no criminalice a los ciudadanos por el uso de la tecnología cotidiana a su alcance?


No sé, me parece que se trata de un planteamiento que deja bastante más espacio para el debate sosegado y para el encuentro que cualquier otra legislación de nuestro entorno. Incluso sobre sus puntos más polémicos: la composición de la Comisión y el papel del juez, que no entraría en el fondo de la cuestión sino tan sólo contemplar si el cierre afecta a derechos fundamentales.
Pero en España no hay un Zimmermann ni un Lessig...

3. Por supuesto que echo en falta un marco ideológico progresista que inspire y acompañe, no tanto a las intervenciones del Gobierno de España, cuanto a las del PSOE.

Nos enfrentamos a una cuestión cuyas dimensiones no se agotan en este aspecto parcial de las descargas ilegales; un aspecto relevante sin duda desde un punto de vista económico, con importantes derivaciones de cultura cívica, pero que no puede cumplir la función de los árboles que nos impiden ver el bosque. Los argumentos que cabría utilizar en esa reflexión más general no son de aplicación –o no lo son de manera inmediata- al caso concreto del control de las descargas. Sin embargo, los argumentos y las soluciones que en base a esos argumentos apliquemos a este caso concreto, sí pueden tener repercusiones de alcance sobre la reflexión general.
El contexto general es el que se refiere a la creciente mercantilización privatizadora de bienes susceptibles, en principio, de ser considerados como fundamentalmente públicos. Se trata de un debate clásico en la historiografía social y en la sociología crítica. Se trata, también, de una cuestión clave a la hora de diferenciar entre las políticas progresistas y las políticas conservadoras.
David Harvey sostiene que el periodo histórico que se inicia desde finales de los Setenta, que hemos denominado como neoliberalismo, ha sido fundamentalmente un proyecto destinado a restaurar el poder de la clase capitalista. Un poder de clase cada vez más fundado no tanto en las prácticas características de la clásica acumulación de capital, sino en nuevas formas de acumulación por desposesión basada en la aplicación inmisericorde de toda suerte de medidas de privatización y de liberalización. [Ya lo hemos comentado en otra ocasión].
Hablamos de una estrategia de acumulación renovada y no nueva pues en esto, como en otros aspectos, el capitalismo globalitario no hace sino recuperar viejas prácticas de apropiación. Harvey se refiere a una de ellas: el cercamiento de tierras comunales que desde el siglo XIV en Gran Bretaña impulsaron muchos grandes señores desalojando a sus arrendatarios y vallando grandes extensiones de terreno dedicado, a partir de ese momento, a la explotación privada. La misma fue tanto un ejercicio de fuerza como de reconstrucción de la legalidad: las primeras ocupaciones fueron posteriormente permitidas, impulsadas y protegidas por medio de diversas leyes (Enclosure Acts) promulgadas por el Parlamento a partir de 1709. La abolición consiguiente de los derechos tradicionales de paso, de pasto y de rastrojo obligó a grandes masas de campesinos a abandonar sus tierras y sus actividades tradicionales. Esta práctica, conocida entre los historiadores como enclosures y ampliamente estudiada, permitió un proceso de acumulación y de formación de capitales que está en la base de la posterior Revolución industrial.
Está referencia está muy presente entre los más lúcidos defensores del dominio abierto. Uno de ellos, James Boyle, ha producido una muy interesante reflexión sobre lo que denomina “el segundo movimiento de cercamiento”, en esta ocasión referido a bienes culturales e intelectuales, a su extracción del domino público y su conversión en mercancías privadas.

Echo en falta esta narrativa como telón de fondo de las aproximaciones que desde el PSOE se están haciendo sobre la cuestión de la creación cultural y la propiedad intelectual.


4. Pero sobre todo echo en falta una inter(nauta)locución un poco menos autocomplaciente, algo más exigente consigo misma y, sobre todo, mucho más respetuosa con quienes mantienen posiciones distintas. A este respecto, recomiendo la lectura del artículo de Quim Monzó titulado El fantasma de la libertad.
Que no se oculte tras justificaciones tan banales como el precio del cine o los dvd.
Que no proclame inconsistencias como esa que sostiene que en el nuevo entorno digital "la diferenciación entre creadores y usuarios se ha desvanecido" [Julio Alonso, fundador de Weblogs S.L.].
Que no aproveche que el debate pasa por WikiLeaks... No se trata de libertad de expresión, ni de la defensa de un dominio público potente, ni de la posibilidad de utilizar obras culturales para re-crearlas. Se trata, simple y llanamente, de poder descargarse Avatar a voluntad.

5. ¿Y la propiedad intelectual? Ay, la propiedad...

La propiedad intelectual puede ser adecuadamente descrita como una mercancía ficticia. Pero de ahí a interpretarla como una mera “ficción” o como una “fantasía” media un trecho. Más aún si de tal interpretación se pretende derivar la imposibilidad de su regulación legal:

"La propiedad intelectual es una ficción. Las leyes pretenden el imposible de que alguien pueda apropiarse de algo inmaterial como quien se apropia de un coche o de una casa. Cerrar la puerta es una forma muy sencilla de impedir a los demás el uso de mi vivienda, pero ¿cómo hacer eso con una canción que no está en ninguna parte y en todos los sitios? Podríamos hacer leyes que dijeran que el aire es una “propiedad especial”, como lo es la intelectual, pero eso no impediría que la práctica común chocara con ese invento legal. Y eso es justo lo que ocurre hoy con la propiedad intelectual: la realidad social vuelve del revés a unas leyes que pretenden proteger un interés que se basa en una fantasía" (David Bravo, Copia este libro, p. 17).

No debe ser muy difícil abrir una puerta y acceder a una vivienda ajena. Pretender fundamentar la crítica a la propiedad intelectual en el hecho de su supuesta vulnerabilidad no parece demasiado edificante: “Lo importante no es si alguien debe apropiarse de lo que produce con su intelecto sino de si puede hacerlo. Si no es así y las leyes pretenden conseguirlo a base de ficciones y muros imaginarios, la realidad social chocará con esa mentira. Los usos cotidianos de una gran parte de la población descubrirán el absurdo de pretender cercar el viento” (Bravo, p. 19).

O se confunde propiedad con posesión cuando se fantasea con las posibilidades del streaming. Es en todo caso la segunda, la posesión, la que se vuelve irrelevante para el consumidor, pero la propiedad no sólo no deja de importar sino que, seguramente, se hace mucho más relevante para el creador.

6. Y qué decir de los nuevos modelos de negocio...

Pago 18 euros por un libro titulado Imagine... no copyright. Contiene reflexiones de interés, aunque su tesis central, que el copyright no es más que una forma de censura de la que deberíamos liberarnos totalmente, se sustenta sobre un endeble armazón argumental. Pero lo más paradójico es el hecho de que sus editores en castellano nos advierten de que “queda prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada de esta versión castellana de la obra”.

Y es que no debe ser tan sencillo hacer negocio de otra manera... Y en cualquier caso, nada de esto justificaría que nos apropiemos de lo producido por un productor al que consideramos ineficiente o inadaptado a las nuevas condiciones.

7. Habitamos un mundo en el que cada vez más personas respiran, como señala Alessandro Baricco en su ensayo Los bárbaros, “con las branquias de Google”. No son piratas, o no lo son al modo en que habitualmente utilizamos este concepto como arma arrojadiza en un debate envenenado. Son mutantes, anfibios, bárbaros que, como aquellos feroces norteños cuyo avance hacia Roma ningún limes pudo contener, surfean por la red con tanta pericia como libertad. “Cuando pueden –explica Baricco-, los bárbaros construyen a su imagen los sistemas con los que viajar: la red, por ejemplo. Pero no se les oculta que la mayor parte del terreno que deben recorrer está hecha de gestos que heredan del pasado y de su naturaleza: viejas aldeas. Lo que hacen entonces es modificarlos hasta que se convierten en sistemas de paso: a esto nosotros lo llamamos saqueo. No son piratas, sino bárbaros. Lo cual no los convierte en menos destructivos, aunque sí en menos culpables de la destrucción que provocan a su paso.

Hace una década Jeremy Rifkin nos advertía de que estábamos entrando en la Era del Acceso. Una era en la que debemos navegar entre el Escila de los vigilantes/porteros/cobradores de acceso (gatekeepers) y el Caribdis de los ususarios irresponsables. Respecto de los primeros, Rifkin escribe: "En la era que ahora nace, el poder pertenece a los vigilantes, que controlan tanto el acceso a la cultura popular, como a las redes geográficas y ciberespaciales que expropian, reenvasan y mercantilizan la cultura en forma de experiencias y entretenimiento personal de pago" (p. 236). Respecto de los segundos, formula una pregunta que adquiere visos de advertencia: "¿No podría ser que el cambio de la propiedad al acceso suponga potencialmente minar el sentido de responsabilidad personal que acompaña al poseer?" (p. 179).


8. Porque este es el problema al que ahora nos enfrentamos: el problema del mientras tanto. ¿Cómo nos vamos adaptando todos al nuevo entorno digital?
Lawrence Lessig hace un planteamiento que a mi, personalmente, me gusta y me parece un buen punto de partida para avanzar:

“Una cultura libre apoya y protege a creadores e innovadores. Lo hace directamente concediendo derechos de propiedad intelectual. Pero lo hace también indirectamente limitando el alcance de estos derechos, para garantizar que los creadores e innovadores que vengan mas tarde sean tan libres como sea posible del control por parte del pasado. Una cultura libre no es una cultura sin propiedad [...]. Lo opuesto a una cultura libre es una «cultura del permiso» -una cultura en la cual los creadores logran crear solamente con el permiso de los poderosos o de los creadores del pasado” (Lessig, El código 2.0, p. 18).

No es verdad que la cultura sea un producto abundante. No es verdad que todas y todos nos convirtamos en creadores. No es verdad que cualquier defensa de la propiedad intelectual dañe inmediatamente el dominio público. No es verdad que, en este caso, estén en juego la libertad de expresión o de re-creación cultural. Y sobre todo, no es cierta la inocencia de los consumidores de productos culturales.
Hace falta mucha pedagogía para que lo que hagamos ahora no nos complique aún más todo lo que habremos de hacer en el futuro. Y no clausurar la deliberación con trampantojos y sanbenitos, aunque sean blogosféricos.

Seguiremos comentando...

"Cuando aquellos que creen en la libertad del ciberespacio y en los principios que tal libertad promueve, se niegan a implicarse con el Estado en la búsqueda de la mejor manera de preservar dichas libertades, ello debilita la libertad" (Lessig, El código 2.0, p. 527).

31 comentarios:

Anónimo dijo...

querido imanol fiel y asiduo lector de tu blog te adelanto que menuda casualidad, estaba preparando un articulo sobre la ley sinde anti-descarga.

yo estoy en contra de lo que ha pretendido este gobierno por las razones que explicare en mi articulo , que te mandare en los proximos dias.

solo comentarte que los socialistas franceses votaron en contra de una ley de indentico contenido.... y tan idiotas no son.

de cualquier modo debate importante donde creo q la identidad de izquierda del PSOE ha quedado disuelta.

un abrazo

jose luis gomez llanos

Antonio Rojas dijo...

Estimado Imanol, mis aportaciones a este debate que, como dices, está repleto de mucha mala leche y muy poca voluntad de entendimiento. Los comentarios que he recibido reflejan ese "cainismo" al que te refieres.
Saludos

http://mapadeutopias.blogspot.com/2010/12/el-mundo-al-reves.html
http://mapadeutopias.blogspot.com/2010/12/el-mundo-al-reves-2.html

Txetxu dijo...

Estupendo como reflexivo y contextualizador.
¿Habrá después una apuesta más propositiva?
¡Feliz año!

Imanol dijo...

Hola José Luis. Por supuesto que los socialistas franceses no son idiotas, al menos no todos, y desde luego que no lo son por el hecho de ser scialistas o franceses; lo mismo ocurrirá, supongo, con los socialistas españoles. No se trata de eso. Cuando avances en le elaboración de tu artículo comprobarás que la legislación francesa no tiene nada que ver con la que se pretende en España. Un saludo.

Imanol dijo...

Antonio, comparto en gran medida todo lo que planteas en tus dos posts y, por supuesto, lamento los comentarios que han recibido. Algo estamos haciendo muy mal cuando la esfera on line reproduce y multiplica lo por de la política, la opinión o la interacción off line. Un saludo.

Imanol dijo...

Gracias Txetxu. No sé si será capaz de ir mucho más allá,o al menos de hacerlo en el corto plazo. Sigo intentando aprender sobre el tema. Tal vez sería bueno que un día (o dos si son pequeños) nos sentáramos unas cuantas y cuantos con tiempo y sosiego para hablarlo.

Anónimo dijo...

tengo algún comentario sobre esto:
1.descargar música, por mucho que se diga lo contrario en españa es legal mientras no hay ánimo de lucro, así que hablar de descargas ilegales es un poco "peligroso".
2.si hablamos de modelos de negocio hablemos, pero entonces se acabó lo de "cultura" y dejemos las subvenciones y el iva reducido. el ministerio de cultura subvencionó torrente, el tractor amarillo o el aserejé también son cultura... valiente cultura española...
3.yo soy ingeniero. si patento un descubrimiento la patente me dura 20 años. si un "artista" crea algo sus derechos, su especie de "patente cultural" dura hasta 70 años después de su muerte, cómo fomenta eso la creatividad? entonces yo me siento discriminado en mis creaciones "no culturales".
4.me parece una barbaridad pagar otro canon más por tener internet en mi casa por si acaso me descargo algo. eso si que sería una "barra libre" de contenidos, ¿no? la gente ya entiende eso con el canon a los soportes digitales. a mi me parece un robo, sin más.
5.que los precios son caros no es una excusa, es la realidad. cómo puede costar lo mismo un cd, con su caja, impresión y distribución que descargado en mp3 desde cualquier plataforma de venta online? cuando todo esto empezó a ser masivo empezaron diciéndonos que el mp3 no tenía calidad, sin embargo ahora lo venden y es cojonudo. luego nos dijeron que se fastidiaba a los pobres empresarios que montaban una tienda de discos, ahora fomentan la venta online por su cuenta y a estos que le den. y los "artistas", que ganan una miseria con cada disco, en favor de sus productores apoltronados protestan, es increible.
6.me parece increible que todo esto salga de un partido mal llamado de izquierdas. supongo que será para pagar favores a los "artistas" que les hicieron la campaña electoral. por mi parte no les pienso volver a votar hasta que haya una renovación en su partido porque me está dando bastante pena como está quedando...
un saludo.

Anónimo dijo...

Estimado Imanol:

Me presento: Soy el editor de la obra "El Código 2.0" que citas en tu entrada y quería puntualizar un par de aspectos, por si te sirven:

1) Mi amigo Javier de la Cueva, cuya postura pareces interpretar como irreconciliable con la tuya, es uno de los animadores y colaboradores en la edición en castellano de El Código 2.0 (cuyas propuestas sí que te parecen razonables).

2) Mi amigo Javier de la Cueva, como tantos otros entre los que me incluyo, nunca ha afirmado que el pago de una cantidad como fomento de la creación (llámese canon o lo que sea) sea negativa sino todo lo contrario.

Contra lo que él, y algunos otros, ha luchado (hasta que lo ha tumbado el Tribunal de Luxemburgo en su sentencia de octubre) es contra la aplicación indiscriminada del canon que hemos sufrido en estos años. No se trata, pues, de un "Todos contra el canon" sino de una denuncia de un abuso que finalmente ha condenado el Tribunal de Justicia de la UE (gente nada cainita, entiendo).

En este sentido, merece la pena recuperar el final del artículo de Javier de la Cueva que citas para recordar por dónde cree él (y otros entre los que me incluyo) que deben ir los tiros: "La regulación actual debería seguir los mismos principios del siglo pasado: convalidación de los usos de la tecnología cotidiana, no criminalización de los ciudadanos y pago a cargo de quienes se están lucrando económicamente de una forma directa: los que venden conexión."

Saludos cordiales y seguiré al aparato por si respondéis.

Imanol dijo...

Estimado Florencio.
De ninguna manera considero mi posición "ireconciliable" con la de nadie. Primero, porque mi posición es por definición un work in progress, más un posicionamiento dinámico que una posición estática y fijada para siempre. Ni en este ni en ningún otro tema. Son muchas más mis dudas que mis certezas. Por eso agradezco infinitamente la ocasión de poder leer reflexiones como las de Lessing. Y en lo que a ti te toca, aprovecho para agradecerte el esfuerzo realizado por editar en castellano el Código 2.0.
Precisamente si algo lamento en este asunto es que no hayamos sabido buscar un poco más de conciliación entre posiciones legítimamente discrepantes pero condenadas a buscar espacios de entendimiento, única alternativa a profundizar en un destructivo juego de suma cero.
Y es mucha la responsabilidad que el PSOE y el Gobierno tiene en este fracaso. No abundaré en ella aquí, como tampoco lo haré en la que, en mi opinión, también tienen los que se han presentado como representantes de los internautas en este asunto. A las actas de la Comisión de Cultura del Senado me remito.
En todo caso, sólo me reafirmo en mi voluntad de continuar reflexionando sobre estas cuestiones con la más popperiana de las actitudes: buscando no la confirmación de mis presupuestos, sino su contraste y falsación.
Muchas gracias.

Imanol dijo...

Hola Daniel.
Son muchas las cosas que vuelcas en tu comentario. Sólo algunos apuntes, reaccionando a lo que dices.
Respecto a las descargas e intercambios P2P, insisto en que la norma no va contra ello. La cuestión del canon no tiene nada que ver con la disposición de la LES objeto de discusión. Por supuesto, podemos discutir sobre ello, pero al menos en sus términos jurídicos la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE sobre el caso Padawan ha dejado bastantes claras las cosas.
En lo de la prolongación temporal de los derechos sobre las creaciones cultrales estoy de acuerdo contigo: debería ser mucho más reducida con el fin de enriquecer el dominio público.
En cuanto a tus valoraciones sobre el partido socialista..., pues eso, que son tus valoraciones y nada tengo que decir al respecto.
Un saludo cordial.

Anónimo dijo...

Buenos días otra vez,

Aunque las cosas que digo no estén tratadas en la LES, creo que tienen mucho que ver unas con otras.

A lo mejor habría que hacer leyes específicas y dejarse de meterlas como artículos en otros sitios. Porque supongo que con la economía sostenible también estará relacionada la educación, y sin embargo esta tiene su propia ley orgánica.

Canon digital, propiedad intelectual, derechos de autor, descargas, habría que regularlo todo como es debido y no con remiendos que no funcionan, como bien dices para muestra el caso Padawan, que por cierto, no sé si la sentencia ha tenido ya alguna repercusión en España o se sigue estudiando.

Sobre la pataleta con el partido socialista mis disculpas si te he ofendido. Es justo eso, una pataleta porque como izquierdista me he sentido muy desengañado toda esta legislatura, con esta y otras cosas.

Un saludo.

Imanol dijo...

Daniel, no me ofende lo que dices del partido socialista, faltaría más. Comprendo la decepción y el rebote desde una perspectiva progresista ante este y otros temas, faltaría más. Hombre, si me duele como socialista no orgánico que soy, en la medida en que esa decepción debilita a la izquierda en España, y también poque como vasco he visto todo lo que se ha sufrido en mi país sólo para levantar cadadía la persiana de las Casas del Pueblo.
Pero entrando en la cuestión sobre la que estamos conversando, creo que estás en lo cierto. Es fundamental que abordemos la cuestión de la creación y el consumo cultural en el nuevo entorno digital como un todo (derechos de autor, dominio abierto, nuevas formas de distribución y negocio, nuevas ofertas, compensación equitativa, gestión colectiva de los derechos, etc.), tal como, por cierto, se concluyó en la Subcomisión del Congreso de los Diputados en la que se trató de estas cuestiones.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Gracias a ti por tu interés, Imanol.

Hasta pronto.

Floren

Anónimo dijo...

Pues a ver si lo que se habló en esa subcomisión se plasma porque realmente no sé que será peor, no hablar de las cosas o hablarlas y luego hacer lo contrario.
Por suerte hay más alternativas de izquierda, al final supongo que tendrás razón y será "ayudar" momentáneamente a la derecha, pero bueno, una purga que tendremos que hacer.

Saludos,
Daniel

Anónimo dijo...

Estimado Imanol
Estoy muy en desacuerdo con los comentarios de Jérémie Zimmermann,el establecimiento de una cuota o canon,a los que mas favoreceriian, serian a las empresasde telecomunicaciones, ya que harian negocio con el trafico de contenidos legales, como lo estan haciendo hasta ahoraaqui con contenidos ilegales y el volumen de su negocio se basa principalmente en el volumen de trafico que lleven. Este canon de alguna manera les libera de garantizar a los usuarios, de que la informacion que gestionan sus autopistas sea legal o ilegal (que es su responsabilidad)y simplemente pasan la pelota al canon (poder politico) desde luego que en este modelo no creo que los beneficiados sean los creadores, sino los traficantes (empresas de telecomunicaciones) a las que se les da rienda suelta, para que construyan sus autopistas por donde lo deseen, ya sean parques naturales, areas protegidas, o al lado de una comunidad de osos pandas.

Imanol dijo...

Me parece muy atinada la crítica a la propuesta de Zimmermann. En todo caso, me refería a él para reflejar la necesidad de que en la comunidad de internatutas y ciberactivistas españoles exista una actitud propositiva, no simplemente reactiva, aunque por supuesto sus propuestas (como las de cualquiera) puedan ser compartidas o no. Y para señalar la paradoja de que en contextos como el francés o el estadounidense, mucho más penalizadores, sí existan esos interlocutores.

Mario Pena dijo...

7) Derechos de autor. No estamos hablando de ello. Estamos hablando de modelos de negocio obsoletos. Los ciudadanos podemos hacer copias privadas de contenidos. Se hacía con los cassettes y ahora más rápido y mejor con Internet. No han creado modelos de negocio ¿no? Sí, Spotify, Netflix, sólo que tras llamar criminales a los que quieren que los usen... y nos llaman desconfiados por no confiar en la nube, por no confiar en los que nos llaman criminales.

8) La propiedad intelectual es un monopolio ¿ok? No es propiedad suma cero. Se le llama propiedad porque gusta más que "monopolio", pero no porque no lo sea. Las comparaciones son odiosas cuando comparamos tomates, manzanas y contenidos digitales.

9) Sobre legitimidades hablemos pues ¿puedo descargarme un contenido sin pagar? ¿es moral? ¿es legal? La cuestión debería ser la inversa ¿deberías marcar un precio para que la gente no pueda copiar y compartir un contenido que has creado? La clave, al final es de nuevo el modelo de negocio y la insostenibilidad de un modelo analógico basado en el espejismo de la "propiedad intelectual". Te recomiendo este texto de Brian Eno, músico por otro lado: http://revista69.com/brian-eno-de-abba-a-zappa/

Mira, la industria del entretenimiento no tiene problema alguno. Se compra y vende más música, películas y de todo que nunca. Sólo que hay sectores, los discográficos y de distribución que sufren la realidad digital y si no se adapta, que no quieren porque no les da la gana de desaparecer en muchos casos, están condenando a muchísimos creadores vendidos a ellos.

Nunca hemos defendido el "todo gratis", meme de la industria: http://ningunterra.com/2011/01/06/todo-gratis-meme-de-parte-de-la-industria/ sino que se den servicios de valor añadido, no copiables, como puede servir de ejemplo Netflix que no cobra al usuario por el contenido, sino por poder ver películas y documentales desde cualquier dispositivo contectado a Internet y por 8 dólares (seis euros cuando salga en España).

El complejo entramado de derechos, licencias, exclusividads y regionalismos de la industria hace que sea un monstruo que le cueste mucho moverse y sólo se mueve para sentarse encima del ciudadano. Craso error. Lo cierto es que muchos artistas, muchos más y más interesantes que todos esos que tan amargamente se quejan, ya se están moviendo y dandose cuenta de que el futuro vendrá de saber aprovechar precisamente que la gente se descargue sus contenidos sin pagar y libremente.

No puedo explicarme más y mejor por falta de tiempo, pero encantado de comentar más temas en persona, que soy de San Sebastián.

Mario Pena (oneras at gmail.com)

Mario Pena dijo...

7) Derechos de autor. No estamos hablando de ello. Estamos hablando de modelos de negocio obsoletos. Los ciudadanos podemos hacer copias privadas de contenidos. Se hacía con los cassettes y ahora más rápido y mejor con Internet. No han creado modelos de negocio ¿no? Sí, Spotify, Netflix, sólo que tras llamar criminales a los que quieren que los usen... y nos llaman desconfiados por no confiar en la nube, por no confiar en los que nos llaman criminales.

8) La propiedad intelectual es un monopolio ¿ok? No es propiedad suma cero. Se le llama propiedad porque gusta más que "monopolio", pero no porque no lo sea. Las comparaciones son odiosas cuando comparamos tomates, manzanas y contenidos digitales.

9) Sobre legitimidades hablemos pues ¿puedo descargarme un contenido sin pagar? ¿es moral? ¿es legal? La cuestión debería ser la inversa ¿deberías marcar un precio para que la gente no pueda copiar y compartir un contenido que has creado? La clave, al final es de nuevo el modelo de negocio y la insostenibilidad de un modelo analógico basado en el espejismo de la "propiedad intelectual". Te recomiendo este texto de Brian Eno, músico por otro lado: http://revista69.com/brian-eno-de-abba-a-zappa/


8) La propiedad intelectual es un monopolio ¿ok? No es propiedad suma cero. Se le llama propiedad porque gusta más que "monopolio", pero no porque no lo sea. Las comparaciones son odiosas cuando comparamos tomates, manzanas y contenidos digitales.

9) Sobre legitimidades hablemos pues ¿puedo descargarme un contenido sin pagar? ¿es moral? ¿es legal? La cuestión debería ser la inversa ¿deberías marcar un precio para que la gente no pueda copiar y compartir un contenido que has creado? La clave, al final es de nuevo el modelo de negocio y la insostenibilidad de un modelo analógico basado en el espejismo de la "propiedad intelectual". Te recomiendo este texto de Brian Eno, músico por otro lado: http://revista69.com/brian-eno-de-abba-a-zappa/

Mira, la industria del entretenimiento no tiene problema alguno. Se compra y vende más música, películas y de todo que nunca. Sólo que hay sectores, los discográficos y de distribución que sufren la realidad digital y si no se adapta, que no quieren porque no les da la gana de desaparecer en muchos casos, están condenando a muchísimos creadores vendidos a ellos.

Nunca hemos defendido el "todo gratis", meme de la industria: http://ningunterra.com/2011/01/06/todo-gratis-meme-de-parte-de-la-industria/ sino que se den servicios de valor añadido, no copiables, como puede servir de ejemplo Netflix que no cobra al usuario por el contenido, sino por poder ver películas y documentales desde cualquier dispositivo contectado a Internet y por 8 dólares (seis euros cuando salga en España).

El complejo entramado de derechos, licencias, exclusividads y regionalismos de la industria hace que sea un monstruo que le cueste mucho moverse y sólo se mueve para sentarse encima del ciudadano. Craso error. Lo cierto es que muchos artistas, muchos más y más interesantes que todos esos que tan amargamente se quejan, ya se están moviendo y dandose cuenta de que el futuro vendrá de saber aprovechar precisamente que la gente se descargue sus contenidos sin pagar y libremente.

No puedo explicarme más y mejor por falta de tiempo, pero encantado de comentar más temas en persona, que soy de San Sebastián.

Mario Pena (oneras at gmail.com)

Anónimo dijo...

Aunque difiero en varias de tus postulados, por lo menos pareces tomar una postura menos simplista que "artista bueno/internauta malo". Por un lado pareces favorecer un canon a las telecos (que indudablemente acabarían repercutiendo en el coste del servicio) pero por otro estás de acuerdo en que habría que reducir el periodo de copyright que actualmente está en unos excesivos 70 años.

Lo que sí haces mal, como muchos otros políticos, es pasar de puntillas por el tema del procedimiento judicial, mejor dicho, extra-judicial, que propugna la ley Sinde, es decir, el mensaje que se transmite a la ciudadanía es que como la justicia es lenta y además no considera ilegal ofrecer enlaces de descarga pues se busca un atajo creando un sistema paralelo -la comisión de la propiedad intelectual- con el que obtener los resultados deseados. Así se favorece un grupo social frente al resto que tenemos que seguir litigando por la vía lenta para obtener justicia... pufff, pues va a ser que no, o todos moros o todos cristianos. Por la misma razón habría que crear "comisiones especiales" para casos como impago de alquileres, salarios y a proveedores así como faenas varias de las compañías aéreas, telefonía, etc, etc. Vamos que a si por ej. tengo un piso en alquiler, para mí es igual de urgente o más que la justicia resuelva rápidamente el impago que para una discográfica o productora se impida las descargas de sus obras, ¿no?
Creo que somos muchos los que no entendemos porqué la llamada industria cultural ha de tener tratamiento de VIP en el ámbito de la justicia. Que se ponga a la cola como los demás.

Dani

PD. Otro ejemplo: http://demandaiberia.blogspot.com/
Me llevó más de un año que Iberia me devolviera el importe de un billete que me obligó a volver a comprar porque me canceló la vuelta simplemente por no utilizar la ida. Y eso que lo intenté primero por consumo, luego Aviación Civil y por último los tribunales.

Christian dijo...

Un saludo Imanol.

Yo creo que, en primer lugar, a la hora de tratar el tema de la propiedad intelectual en la actualidad debemos ser conscientes de la realidad actual. A saber: Hagamos la ley que queramos hacer, descargarse Avatar libremente va a ser una realidad nos guste o no. La única manera de evitarlo sería tener una Red cerrada, donde hubiese una censura previa.

Sigo describiendo la realidad: Avatar es grabada en en un cine por una persona con una videocámara (o 'ripeada' de un DVD o como sea) y la sube a una web de alojamiento de archivos como Rapidshare o Megaupload (dos de las más populares). Rapidshare, por ejemplo es por tanto quién aloja ese archivo. Rapidshare, en cuanto es reclamada para que elimine ese archivo, lo elimina, pero a los 5 minutos ya está subido otras 3 veces. Y si no es en Rapidshare, es en Megaupload o en otra web. Cada una en un país o en varios, algo que se escapa a nuestra capacidad por lo tanto. Y si no, será compartida en redes P2P, un sistema que hace que no esté alojado en ningún sitio, sino en ordenadores de 50, 100 o 1000 particulares que no se lucran por compartirlo y por tanto no incumplen la ley.

Lo que la llamada Ley Sinde persigue, en concreto, son las webs donde la gente busca esos archivos, no rapidshare ni megaupload sino webs como Vagos.es que no alojan los archivos, sino que enlazan a ellos. Esas webs han sido denunciadas por la industria audiovisual y, en nuestro país no han podido ser en ningún caso (de los múltiples juicios) condenadas, porque no alojan, solo enlazan. ¿Debe ser ilegal lucrarse por enlazar contenidos con derechos de propiedad intelectual? Yo creo que no, pero eso es lo que se debe discutir a las claras. Porque, pese a no decirse es lo que se persigue al incluir en la disposición final segunda lo de "ánimo de lucro, directo o indirecto".

Otros dos conceptos que creo que suelen confundirse: Descargarse Avatar no es apropiarse de ella, igual que escuchar una canción en la radio no es apropiarse de ella. Apropiarse de ella sería asegurar que yo soy su autor (sería una apropiación moral) o pretender lucrarme con ella (sería una apropiación patrimonial), ambas penadas y que no hace falta cambiar nada para que quién lo haga pueda ser condenado. El "disfrute", por llamarlo así, no es una apropiación. De lo contrario al oír la música de mi vecino debería taparme los oídos para no cometer un delito.

Dicho esto, mi opinión personal sobre este tema es la siguiente: Un autor debe ser, por supuesto, el único que pueda lucrarse con su obra. Pero debe tener el derecho a intentarlo, no la obligación de que la sociedad le pague por su obra. Yo, que soy periodista, debo intentar ganarme el pan publicando informaciones, pero CNN+ no debe ser rentable por ley, debe tener la libertad de Intentarlo.

Si acaso, nosotros como sociedad y reconociendo la importancia de la creación podemos buscar mecanismos para ayudar a la creación como ayudamos a otros sectores (yo, que soy leonés, pienso en el caso del carbón). Yo creía que ya había un canon digital para eso y ayudas al cine etc., pero si consideramos que este no es suficiente busquemos alternativas, pongamos una casilla en la declaración del IRPF o lo que sea.

Christian dijo...

Por último, -y siento el tocho, pero las cosas complejas no se pueden explicar en 2 líneas- creo que el precio y el "modelo de negocio" sí es la parte esencial del debate. La realidad que he descrito antes ha cambiado la forma de consumir cultura de la gente. Yo cuando estaba en el instituto me compraba un CD y no podía comprarme otro mínimo hasta el siguiente mes, porque eran carísimos. Después, en la universidad, pasé a consumir varios a la semana, me los descargaba (porque nunca ha sido ilegal, al no existir lucro. Tampoco creo que sea inmoral: así descubrí músicos a los que he reportado económicamente después). Ahora, con Spotify escucho varios albums ¡al día! Este sistema me permite hacerlo legalmente y esta misma semana sus fundadores han anunciado que se están acercando a la rentabilidad. Personalmente pago 10 euros al mes por la versión premium, que me permite escuchar lo que quiera en el movil y cuando quiera. Me da un servicio mejor que el P2P y las webs de descargas. Por ahí podrían ir los tiros. Otra cosa es que lo que es bueno para la industria de los contenidos lo sea para los autores, pero ese ya es otro debate...

La industria debe espabilar: la gente ya no quiere formatos como el DVD o el CD, están obsoletos. El público hoy día oye la música y ve las películas vía Streaming (de ahí el éxito de Spotify) o mediante descargas en sus móviles o mp3. La industria no oferta en España, por ejemplo películas de ese modo. ¿Cómo no va a ser una parte importante del debate? Es, simplemente, la clave.

Creo que en este debate el PSOE se ha equivocado, en parte porque la ministra de Educación es juez y parte y me consta que hay muchos socialistas que piensan así. El PP, como siempre con tal de ir en contra del Gobierno lo que sea. Busquemos entre todos alternativas y formulas de sostener la cultura (que no es lo mismo que la industria cultural) pero yo, modestamente, creo que está ley no lo logrará.

Christian dijo...

Perdón, quería decir ministra de Cultura. Un Lapsus.

Anónimo dijo...

Creo que no hay que centrar exclusivamente el debate en el tema de las descargas, pinta que es un conveniente "hombre de paja" que permite obviar el gran tema que se está quedando en el tintero: la necesidad urgente de reformar la ley de propiedad intelectual que no está adaptada al contexto (digital) actual. Aquí hay un buen apunte sobre el mismo:
http://www.kriptopolis.org/informe-nuevo-renacimiento
A su vez hacer refencia al informe "Nuevo Renacimiento" del Comité de Sabios Europeo sobre la digitalización del patrimonio cultural europeo que aporta una visión bastante equilibrada sobre el tema.

--Dani

Anónimo dijo...

A ver si os enterais ya de una vez!! El pueblo no quiere politicas impuestas por lobbys,ni otros paises!
Quiere politicas para poder VIVIR dignamente!
Dejad ya de sangrar a los de siempre,para poder engrosar vuestros bolsillos.Ya esta bien! Que debia daros verguenza...
Sinceramente.Yo ya pongo en duda vuestra ideologia de izquierdas.

Creo que deberiais pensar el porque estais en los puestos que estais y gracias a quien.Aunque ya se os ha hecho tarde,puesto que las proximas elecciones,las teneis perdidas de antemano.

Anónimo dijo...

Estáis para cumplir la voluntad del pueblo, no la vuestra propia. Escuchad al pueblo, pues nunca es tarde.

Riobravo dijo...

De verdad crees que el abogado que te dice que la ley Biden-Sinde es inconstitucional lo hace porque no le dejan descargarse Avatar.

Se te ha alvidado mencionar Turquía donde han cerrado 3700 blogs no afines al gobierno con la excusa del copyright.

Y China y Arabia Saudí mejor lo dejamos.

La pregunta es hasta donde estás dispuesto a investigar sobre el tema. Llegarías hasta el final o te conformarás con lo que sabes ahora.

Imanol dijo...

Riobravo...
Tan cinematográfica identidad se corresponde, como no podía ser de otra manera, con un tono de desafío:"hasta donde estás dispuesto a investigar sobre el tema. Llegarías hasta el final o te conformarás con lo que sabes ahora".
¿Y tu?

Imanol dijo...

Dani, yo también creo que hay que abordar la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual en su conjunto.
Christian, gracias por tu extenso comentario. Me hace pensar. Y por eso necesito tiempo para reflexionar, reaccionar y poder seguir conversando.

Riobravo dijo...

Lo reconozco me ha sorprendido que respondieras.

Aunque sigues sin contestar a la pregunta.

De hecho no has contestado a ninguna.

Eme Navarro dijo...

La mejor propuesta es la retirada de la Ley Biden-Sinde y empezar a pensar una nueva Ley de Propiedad Intelectual, soy músico, coordino un proyecto cultural multidisciplinar y es gracias a la red que podemos seguir trabajando en el.
Tu discurso favorece a la industria que ha secuestrado la cultura y que explota a los artistas.
Internet es la mejor plataforma que los creadores tenemos para prescindir de los intermediarios y tu defiendes a los intermediarios si votas a favor de esa Ley.
Hay mil formas de no detener el avance tecnológico y defender los derechos de autor y los ingresos de los creadores, que la sociedad tenga acceso a la cultura y al conocimiento (eso es lo que relamente molesta al político: el conocimiento,la ciudadanía informada, pasó cuando la imprenta -entonces era la iglesia, la Inquisición- y ahora pasa con la red).
Yo tengo claro como legislaría para combinar ambos intereses.
me refiero a los de la ciudadanía y a los de las personas que creamos contenidos culturales, no a los de la industria estadouidense, claro.
Afortunadamente las listas la Senado son listas abiertas. Lo tendré en cuenta en las próximas elecciones.

Unknown dijo...

Por fin, una reflexión equidistante, y con argumentos, y no tonos de vuelta de todo.

En mi opinión, creo que tanto el gobierno como los autores que quieren dialogar están un tanto alejados de quiénes son los usuarios, cómo son, qué quieren.

Lo prueba que estén contando con gente tan interesada como Enrique Dans o Julio Alonso, los cuales, además, no tienen fama precisamente de ser muy honestos en ciertos temas.

Enhorabuena por el post.